Teresa Bouza
Washington, 8 jun (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama,
anunció hoy que su Gobierno creará o salvará 600.000 puestos de
trabajo en los próximos cien días, en un intento de acelerar una
recuperación económica que no avanza todo lo rápido que él quisiera.
El presidente, que se reunió hoy con su equipo económico para
analizar la crisis, recordó que el ritmo de destrucción de empleos
se ha ralentizado, pero todavía es alto y un recordatorio de que
EE.UU. sigue sumido en una "recesión muy profunda".
El Departamento de Trabajo informó el viernes que se habían
perdido 345.000 puestos de trabajo en mayo, por debajo de las
previsiones y la cifra más baja desde septiembre, aunque la tasa de
desempleo es ya del 9,4 por ciento, el nivel más alto en 25 años.
Estados Unidos ha perdido seis millones de puestos de trabajo
desde el arranque de la peor recesión en varias décadas en diciembre
de 2007.
"Fue menos de lo esperado, pero todavía muy alto", dijo hoy Obama
de las cifras de mayo y alertó de que el país necesitará una
cantidad "considerable" de tiempo para salir de la actual recesión.
El presidente estadounidense subrayó que su "mayor preocupación"
es que la destrucción de puestos de trabajo alimente un círculo
vicioso que provoque una caída adicional del consumo y por
consiguiente más desempleo.
"La gente pierde el trabajo, reducen los gastos, eso implica que
los negocios no tienen clientes y de repente empiezas a ver más
despidos", indicó Obama.
Aun así, insistió en que Estados Unidos avanza en la "dirección
correcta" y la clave para salir del bache será impulsar el modesto
progreso ya alcanzado en los meses venideros.
El jefe de la Casa Blanca indicó que a su llegada al poder se
encontró con la peor recesión desde la Gran Depresión y recordó que
hizo frente a ella con la rápida aprobación de un multimillonario
paquete de estímulo por valor de 787.000 millones de dólares.
Mencionó que su "mayor preocupación" ahora es que la destrucción
de puestos de trabajo alimente un círculo vicioso que provoque una
caída adicional del consumo y genere más desempleo.
Para impedir que eso ocurra, su Administración impulsará 10
grandes proyectos financiados con fondos del paquete de estímulo.
Entre las medidas que se pondrán en marcha de inmediato figura la
concesión de nuevos servicios en centros de salud de todo el país,
el trabajo en 107 parques nacionales, las mejoras en 98 aeropuertos,
autopistas e instalaciones médicas de veteranos de guerra.
El Gobierno de Obama planea también crear 125.000 puestos de
trabajo temporales para los meses de verano para los jóvenes del
país y poner en marcha 200 centros de tratamientos de agua y
residuos en localidades rurales.
La Casa Blanca prevé que esas y otras medidas ayuden a crear o
salvar 600.000 puestos de trabajo durante los próximos cien días,
cuatro veces más que lo que se logró en los primeros cien días de
Obama en el Gobierno.
El presidente de EE.UU. insistió, por lo demás, en que el
principal síntoma de la recuperación no será el repunte de los
mercados bursátiles o la estabilidad en los mercados crediticios,
sino la mejora en el nivel de vida de los estadounidenses.
Subrayó, en ese sentido, que el "objetivo final" de su Gobierno
es lograr que las familias puedan pagar sus facturas y sus hipotecas
y que los pequeños negocios sean capaces de hacer frente a las
nóminas y volver a crecer.
Pese a la auto-crítica, explicó que el nuevo Gobierno ha hecho
grandes esfuerzos para alentar la resurrección económica y destacó
que el país está ahora en posición de realmente experimentar un gran
acelerón.
"Hemos hecho más que nunca, más rápido que nunca y de forma más
responsable que nunca para conseguir que el engranaje económico
vuelva a avanzar otra vez", explicó el presidente estadounidense.
El Partido Republicano en la oposición contempla con escepticismo
el programa de estímulo de Obama, al calificarlo de un
intervencionismo estatal que seguirá disparando el endeudamiento en
el país.
"Soy muy escéptico con que este enorme gasto vaya a producir
muchas cosas buenas y aunque lo hiciera dudo que tenga lugar a corto
plazo", dijo el viernes el líder de la minoría en el Senado, Mitch
McConnell. EFE