Igor G. Barbero
Islamabad, 28 oct (EFE).- Inmerso en una grave crisis energética,
Pakistán busca con urgencia inversiones extranjeras para modernizar
un sector obsoleto y atajar un déficit de generación de electricidad
que afecta tanto a la población como a la industria del país.
La crisis se desató en la primavera de 2008, pero de poco han
servido los planes de choque del Gobierno paquistaní para frenar el
consumo y las ciudades del país siguen sufriendo constantes cortes
de suministro, de hasta diez horas en algunos casos.
Con un déficit de producción estimado entre 4.000 y 4.500
megavatios, las autoridades se esfuerzan por atraer la inversión de
compañías extranjeras y préstamos de organismos multilaterales como
el Banco Mundial para desarrollar proyectos que revitalicen el
sector.
"Durante años no hubo planificación de nuestras necesidades
futuras. Nuestras presas más grandes son de las décadas de 1970 y
1980. En cambio, la población, la clase media consumidora de
electricidad, ha crecido mucho. Ahora es una crisis estructural y no
coyuntural", expuso a Efe Ibrahim Shamzi, un consultor en asuntos de
energía.
Según un informe del sector facilitado a Efe, la demanda de
electricidad ha crecido en torno al 40 por ciento en los últimos
cinco años, con un millón adicional de nuevos clientes.
Pero sólo un 65 por ciento de la población tiene acceso a la red
de electricidad, generada en un 61 por ciento por la empresa pública
y en un 39 por el sector privado.
Shamzi destacó que Pakistán ofrece mucho potencial para la
inversión, con "grandes posibilidades" en la extracción de carbón
por sus vastos yacimientos, en el desarrollo de proyectos
hidroeléctricos o en la explotación de las numerosas horas de sol y
fuertes vientos de algunas zonas del país.
Países como Turquía, China, Japón o EEUU han mostrado interés
pero han de disuadir a sus compañías de que asuman el riesgo.
"Somos conscientes de que la imagen de un país afectado por el
terrorismo frena un poco ciertas aspiraciones (empresariales), pero
hay lugares que son bastante seguros, como nuestra capital
económica, Karachi, y el resto de la provincia de Sindh, que
disponen de un gran puerto y de mano de obra cualificada", subrayó
el experto.
El pasado agosto, el enviado especial estadounidense para
Pakistán, Richard Holbrooke, ya anunció que su país asesorará a los
paquistaníes con la ayuda de expertos en energía.
EEUU prevé destinar a proyectos de este sector parte de los
fondos de un paquete de asistencia de 1.500 millones de dólares
anuales, durante un lustro, para Pakistán aprobado recientemente.
La semana pasada, una amplia delegación de Washington encabezada
por David L. Goldwyn, coordinador de la Secretaría de Estado para
Asuntos Internacionales de Energía, mantuvo unos primeros encuentros
con las autoridades paquistaníes para explorar vías de inversión.
Según un comunicado oficial, Pakistán dio cuenta de su interés
por desarrollar los recursos naturales existentes en su territorio y
presentó "mejoras operativas, de eficiencia y organizativas que
permitirían la producción y entrega de suministros energéticos más
fiables así como un uso más eficiente de energía importada".
Sin embargo, varios analistas y expertos consultados por Efe
coinciden en señalar que aún son "necesarias ciertas reformas" que
atraigan el caudal foráneo y observan que "no existe una solución
rápida para el problema".
La "ausencia de una autoridad única" en el sector, que está
fragmentado en múltiples ministerios y diversas organizaciones
reguladoras, es uno de los factores que más desconcierto causan,
según estas fuentes.
"A corto plazo, poco se puede hacer salvo acabar con el problema
de las deudas de los consumidores finales y de las empresas o
reducir la ineficacia y las pérdidas en la transmisión de
electricidad", resume el informe facilitado a Efe.
De acuerdo con este análisis, las posibilidades a medio plazo
pasan por instalar nuevas plantas térmicas de gas en régimen de
alquiler y atajar el hurto de electricidad, mientras que a largo
plazo hace falta construir pantanos, potenciar el uso del carbón y
desarrollar energías renovables. EFE