Santiago de Chile, 28 jul (EFE).- El aumento de la violencia en
la sureña región chilena de La Araucanía, donde grupos mapuches han
ocupado tierras en los últimos días, es síntoma de un problema
histórico que no se soluciona con represión, sino con más diálogo,
dijo hoy el ex alcalde de Temuco Francisco Huenchumilla.
"La conciencia de recuperación de las tierras en la gente es muy
poderosa, no por maldad ni por querer hacer un problema de Estado,
sino porque hay un sentimiento de injusticia permanente y eso se
soluciona dialogando por las vías políticas y del entendimiento",
sostuvo Huenchumilla, en declaraciones a radio Cooperativa.
Tras la ocupación el pasado domingo por varias decenas de
mapuches de unos terrenos de la empresa forestal Mininco y de un
empresario en La Araucanía en reivindicación de la propiedad de los
predios, el Gobierno chileno decidió enviar al subsecretario del
Interior, Patricio Rosende, a la zona de conflicto.
Según fuentes gubernamentales, Rosende se reunirá con las
autoridades locales para revisar y corregir los procedimientos
adoptados frente a las tomas de tierras y cortará el diálogo con las
comunidades cuyos dirigentes hayan participado en las ocupaciones.
"No habrá trato alguno con comunidades cuyos dirigentes utilicen
la violencia y las tomas para resolver sus demandas de tierras",
aseguró el propio Rosende antes de viajar.
En la madrugada de este martes, en tanto, un autobús fue
apedreado en las afueras de Temuco por diez encapuchados que además
rayaron consignas alusivas a las demandas indígenas en el vehículo.
Huenchumilla, quien fue ministro de la presidencia durante el
mandato de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000), aseguró que la
dimensión del conflicto es desconocida por la clase política chilena
y su solución "pasa por conocer cuál es la verdad histórica, porque
si uno cree que es un problema de orden público solamente" o de
pobreza "comete un error".
Por su parte, el secretario ejecutivo de la empresarial Sociedad
de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), René Araneda, pidió la
inclusión del sector en el diálogo para resolver el conflicto
mapuche.
"Mientras no exista una especie de mesa de diálogo donde todos
podamos estar presentes para solucionar un problema regional, va a
ser difícil encontrar una solución", expresó Araneda, quien se
mostró preocupado por las inversiones en la zona.
Según el representante de los agricultores, "esto no es un
conflicto mapuche: el 99,9 por ciento de las comunidades son
tranquilas, que están bien, que sufren sí de pobreza, pero eso no
justifica que existan grupos con finalidades muy distintas de lo que
quiere la mayoría del pueblo mapuche".
En el sur de Chile se registran con frecuencia enfrentamientos
entre hacendados y empresas forestales con indígenas que luchan por
recuperar tierras que pertenecieron a sus antepasados.
Numerosos mapuches, la principal etnia originaria del país, con
un seis por ciento de la población, han sido acusados y condenados
por provocar incendios y usurpar terrenos de forma violenta, y más
de veinte dirigentes o comuneros están actualmente presos o
procesados.
Los conflictos se agudizaron tras la muerte de un estudiante
universitario indígena en un incidente con la policía a principios
de 2008. EFE