París, 22 jul (EFE).- Ocho directivos de dos fábricas francesas,
una de Michelin y otra de la papelera estadounidense SWM objeto de
sendos planes de reestructuración con cientos de supresiones de
empleos fueron secuestrados durante varias horas hasta la pasada
noche por los trabajadores.
Cuatro responsables de la fábrica del fabricante de neumáticos
Michelin en la localidad de Blanzy (noreste) permanecieron durante
más de seis horas hasta medianoche retenidos por unos 60 empleados,
que reclamaban la anulación de sanciones contra algunos
trabajadores, sobre fondo de un fuerte conflicto por el plan de
reestructuración.
El director de la planta, Gérard Brunel, así como otros tres
directivos fueron encerrados en las oficinas hasta que el prefecto
(delegado del Gobierno) consiguió que los obreros accedieran a
liberarlos a cambio de la organización de una reunión de
concertación esta mañana.
La fábrica de Blanzy, que tiene una plantilla de 1.400 empleados,
es una de las más afectadas por la supresión de 1.093 puestos en
Michelin en Francia, ya que desaparecerán 477 de sus empleos.
También ayer por la tarde, trabajadores de la papelería del grupo
estadounidense SWM de Malaucène (sureste) secuestraron durante más
de tres horas a cuatro dirigentes que habían acudido al ayuntamiento
para participar en un comité de empresa de la fábrica, que va a
cerrar en septiembre.
Los asalariados finalmente obtuvieron algunos avances y, sobre
todo, la reanudación de las negociaciones sobre las indemnizaciones
por despido para las 211 personas que se quedarán en la calle con el
fin de la actividad en esa papelería que existe desde 1545.
"Los actos de chantaje no funcionarán", afirmó hoy en una
entrevista a la cadena de televisión "France 2" la ministra de
Economía, Christine Lagarde, que señaló que hay que primar "la
negociación", en reacción a la multiplicación de acciones mediáticas
espectaculares por empleados en conflictos sociales.
Por otro lado, el ministro de Industria, Christian Estrosi,
recibe hoy a una delegación de trabajadores de New Fabris, que la
semana pasada habían amenazado con hacer saltar su fábrica de
componentes para el automóvil si no reciben una indemnización de
30.000 euros cada uno tras el cierre de su planta.
Estrosi había aceptado reunirse con los representantes sindicales
de los 366 trabajadores de New Fabris a condición de que
desmantelaran el dispositivo de bombonas de gas con el que decían
poder destruir máquinas y material.
Los que han participado en las protestas de esta compañía en
liquidación judicial reclaman a los que eran los principales
clientes de su fábrica, los grupos automovilísticos PSA Peugeot
Citroen y Renault, que contribuyeran a las indemnizaciones que
exigen a cambio de las piezas y la maquinaria que sigue habiendo en
la fábrica.
Un conflicto laboral que sí se ha resuelto es el de los
trabajadores de una planta del grupo canadiense de
telecomunicaciones Nortel en Yvelines, en las afueras de París, que
también habían amenazado la semana pasada con volar sus
instalaciones si no eran indemnizados por sus despidos.
Los asalariados de Nortel, votaron ayer mayoritariamente (85%) en
favor de un acuerdo de salida de crisis en virtud del cual la
empresa y el Estado pondrán 19 millones de euros para abonar una
prima a los 480 empleados afectados por la eliminación de sus
puestos, de una plantilla total de 683. EFE