Santo Domingo, 21 ago (EFE).- Senadores de la República
Dominicana han pedido a la Iglesia católica que detenga los
"ataques" al sector azucarero nacional por parte del sacerdote
Christopher Hartley, quien constantemente realiza denuncias sobre
las precarias condiciones de vida de los cortadores de caña.
El presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado,
Prim Pujals Nolasco, dijo hoy a Efe que sus integrantes se han
dirigido al arzobispo de Santo Domingo, el cardenal Nicolás de Jesús
López Rodríguez, y al nuncio del Papa, Jozef Wesolowski, para
pedirles que intervengan ante estas acusaciones, que perjudican a la
industria azucarera dominicana.
Los legisladores consideran que Hartley, a quien acusan de
dirigir "una campaña de difamación y descrédito" contra el país,
pone en peligro las exportaciones de azúcar y, muy en particular,
las dirigidas a la UE, un mercado en el que acaba de introducirse el
país caribeño con la exportación de 30.000 toneladas del dulce.
El sacerdote, de origen anglo español, está en la actualidad
destinado fuera de la República Dominicana, pero trabajó entre 1997
y 2006 en la parroquia de San José de los Llanos, junto a las aldeas
enclavadas en las plantaciones de azúcar de la provincia de San
Pedro de Macorís (este).
El religioso realiza constantes denuncias sobre el trato que las
empresas productoras dan a los trabajadores que se dedican a cortar
la caña de azúcar, en su mayoría haitianos.
Les acusa de violaciones a los derechos humanos por medio del
tráfico de personas, el trabajo infantil, la discriminación racial y
la falta de asistencia sanitaria, así como de fraudes y abusos
laborales.
Los senadores, en el dossier enviado al cardenal y al nuncio, al
que tuvo acceso Efe, afirman que actúan en defensa de una industria
"que reporta a la República Dominicana miles de millones de pesos
anuales en razón de impuestos, 35.000 plazas de empleos directos y,
más que nada, un respiro a la miseria de muchas familias" de
haitianos.
La Iglesia católica, según los legisladores, debe "solidarizarse"
con los dominicanos "y plantear a los superiores inmediatos del
padre Hartley los graves daños" que genera al país "la negativa
campaña internacional que él promueve".
"Deben investigar a qué intereses responde, quién financia sus
campañas y a quién benefician sus acciones", añade el documento.
El expediente, entre otros documentos, incluye una copia de una
carta, fechada el pasado 10 de julio y dirigida por Hartley a la
empresa británica Tate & Lyle, compañía compradora de las 30.000
toneladas de azúcar dominicano, a cuyos responsables el sacerdote
insta a "examinar la procedencia moral de los productos" que compra.
La misiva recuerda que la transacción se inscribe en el contexto
del acuerdo de asociación económica (EPA) entre la UE y los países
del Caribe, cuyo fin es contribuir al desarrollo de los países
firmantes.
También dice que la empresa debe plantearse si estas
transacciones "beneficiarán la economía, la sociedad y la cultura de
la República Dominicana" o si aumentarán "el resultado final del
CEA (Consejo Estatal del Azúcar) y de las familias Vicini, Fanjul y
Campollo", los principales grupos azucareros privados del país. EFE