Carmen Valero
Fráncfort (Alemania), 23 jul (EFE).- Los trabajadores de Porsche
participarán de forma constructiva en el proceso de integración con
el grupo Volkswagen acordado hoy por ambas empresas, según los
representantes sindicales del fabricante de vehículos deportivos.
"Estamos dispuestos a participar en el proceso de integración de
forma constructiva", declaró el represente del IG Metall, Berthold
Huber, tras anunciarse el acuerdo al que hoy llegaron los órganos de
supervisión de Porsche y Volkswagen.
La decisión, que llegó por sorpresa aunque los acontecimientos de
los últimos días apuntaban en ese dirección, zanja en favor de VW la
lucha de poder abierta por el jefe de Porsche, Wendelin Wiedeking en
el momento en el que éste anunció su plan hacerse con el control en
VW, en octubre del pasado año.
Porsche adquirió entonces el 51 por ciento de las acciones de
Volkswagen y se reservó opciones por otro 24 por ciento.
La estrategia de Wiedeking no sólo fracasó, en gran medida por la
crisis económica, sino que el patriarca de Volkswagen, Ferdinand
Pïech, le ha devuelto su arrogancia con la misma moneda y, en una
exhibición de visión estratégica le fue acorralando hasta la
dimisión, imponiendo a Porsche una operación a la inversa.
"El dinero en metálico manda, es el rey del tablero", es una de
las frases favoritas de Pïech, quien a sus 72 años sigue controlando
los hilos del grupo, al que se le atribuye una liquidez superior a
las deudas de Porsche.
Volkswagen creará un "consorcio integrado" con Porsche, es decir,
convertirá progresivamente al fabricante de vehículos deportivos en
su marca número diez, una absorción que no debe llamarse como tal.
Con el acuerdo pactado hoy por los órganos de supervisión de
ambas empresas, reunidos en sesión extraordinaria en Sttutgart, se
garantiza la "independencia" de Porsche dentro del grupo.
Volkswagen y Porsche deberán elaborar el concepto de integración,
-"la mejor solución posible para ambas compañías", dice el
comunicado de VW-, "preservando la solidez financiera del grupo" y
siguiendo el modelo de Audi.
"Tenemos experiencia en la integración y podemos estar orgullosos
del éxito en esta tradición", declaró el jefe de VW y paladín de
Pïech, Martin Winterkorn.
El presidente del comité de empresa de Porsche, Uwe Hück, tomó al
pie de la letra esa referencia a Audi y en un acto con la plantilla
de Porsche afirmó que "Porsche debe tener en el futuro consorcio
integrado autonomía en todos los sentidos y sus propios derechos,
como Audi".
En ese mismo acto, en su discurso de despedida ante los
trabajadores, Wiederking insistió en esa "independencia" y lo mismo
hizo, con lágrimas en los ojos, el presidente de Porsche, Wolfgang
Porsche.
"El espíritu de Porsche seguirá", dijo Wolfgang Porsche, que
agradeció a Wiederking los 16 años que ha estado al frente de la
empresa, pese a que sus planes de hacerse con Volkswagen en momentos
de recesión económica haya abierto en Porsche un agujero de 9.000
millones de euros y alterado el curso de la empresa.
Wiederking abandona Porsche con una indemnización de 50 millones
de euros, cantidad astronómica pero sensiblemente inferior a los 250
millones de euros que según el presidente del comité de empresa
estaban en juego.
El cesado Wiederking destinará la mitad de los 50 millones de
euros a la creación de una fundación caritativa.
La solución que Pïech logró imponer ante la falta de maniobra del
muy endeudado Porsche acerca el grupo VW a la visión de su
patriarca, la de convertir el consorcio en el segundo constructor
más importante del mundo, lo que supondrá desbancar a Toyota.
Los sindicatos de Porsche, aunque sin entrar en los detalles,
adelantaron hoy que quieren más derecho a voto en el nuevo consorcio
integrado e incluso a estar dispuestos a participar en su capital.
EFE