Fráncfort (Alemania), 3 jun (EFE).- El Consejo de Gobierno del
Banco Central Europeo (BCE) se reúne mañana en Fráncfort para
concretar las modalidades técnicas de la compra de hasta 60.000
millones de euros en cédulas hipotecarias garantizas.
La adquisición de estas cédulas se acordó en mayo y según anunció
entonces el presidente del BCE, Jean Claude-Trichet, la definición
de las modalidades técnicas de esa medida "no convencional" ocupará
las deliberaciones de los gobernadores mañana.
No habrá por tanto decisiones sobre tipos de interés, a los que
ya se aplicó un nuevo recorte en mayo, ni medidas adicionales para
aliviar las tensiones crediticias o corregir tendencias en el cuadro
macroeconómico de la eurozona.
La sesión que celebrarán mañana los gobernadores del Eurosistema
no será, sin embargo, de trámite pues hay fuertes divergencias en el
seno del consejo sobre dónde encasillar la compra de cédulas.
La discusión, más que técnica será altamente política, pues el
consejo está dividido entre quienes consideran que la compra de
cédulas hipotecarias es parte de la política monetaria del BCE y los
que consideran la misma como un instrumento de apoyo a los mercados.
La diferencia entre los partidarios de la "centralización" de
esta operación y la "descentralización" de la misma estriba en el
grado de riesgo a asumir por cada banco en la eurozona.
En el primer caso, los riesgos serían compartidos, mientras que
en el segundo sólo deberá asumirlos el banco central en cuestión.
Para los gobernadores más ortodoxos, mantener esta operación "no
convencional" fuera del arsenal de medidas "propias" BCE supondría,
además, preservar la entidad, en un momento además en el que líderes
como la canciller alemana Angela Merkel cuestionan la independencia
y el insólito activismo de las autoridades monetarias.
Merkel considera que las medidas no convencionales del BCE
-incluida una provisión de liquidez a los bancos sin límite- van
demasiado lejos y podrían ser la causa de una próxima burbuja.
En el caso de la compra de cédulas hipotecarias, medida que el
consejo de BCE tomó por consenso y no unanimidad, como suele ser el
caso, beneficia precisamente a Alemania, seguida de Francia y
España, los países que más cédulas emitieron en los últimos años.
Si el consejo de gobierno del BCE supera los escollos de esta
discusión política, los aspectos técnicos de la compra de cédulas
anunciada en mayo serán fáciles de poner sobre el papel en tanto que
la operación no se presume especialmente compleja.
En los mercados hay curiosidad, sin embargo, por conocer detalles
como plazos de vencimiento de las cédulas a adquirir y sobre todo si
los 60.000 millones de euros que el BCE destinará a esa operación se
emplearán en cédulas hipotecarias existentes o por emitir.
El mero anuncio de la medida, destinada a reactivar un segmento
del mercado especialmente castigado por la crisis, ya tuvo efectos.
Según fuentes bancarias citadas por el diario "Financial Times
Deutschland", sólo en mayo se emitieron en la eurozona nuevas
cédulas hipotecarias por valor de 16.000 millones de euros.
El Deutsche Bank, primer banco en activos de Alemania, anunció
hace unos días que, ante el aumento de la demanda detectado, este
año sacará al mercado nuevas cédulas hipotecarias por un valor
aproximado de mil millones de euros.
La reunión mañana del consejo coincidirá con la difusión de las
nuevas previsiones económicas del BCE para la eurozona, pronósticos
que, según dijo Trichet, se parecerán mucho a los ya divulgados por
el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otra parte, la oficina comunitaria de estadística, Eurostat,
informó hoy de que la economía de los países del euro cayó el 2,5
por ciento en el primer trimestre de 2009, mientras que en el
conjunto de la Unión Europea (UE) el desplome fue del 2,4 por
ciento.
Además, los precios de la producción industrial bajaron en abril
un 1 por ciento en la eurozona y un 1,1 por ciento en la UE.
Los datos se mantienen dentro del análisis económico que el BCE
hizo en mayo, cuando decidió recortar el tipo de interés en 25
puntos básicos, hasta el 1 por ciento.
Trichet no ve necesario un nuevo recorte, pues ese 1 por ciento
"es un nivel apropiado a las circunstancias actuales", es decir a la
mayor recesión económica desde la II Guerra Mundial. EFE