Por Andrew Cawthorne
NIZHNY NOVGOROD, Rusia (Reuters) - Herido tras fallar un penalti que hubiera evitado un decepcionante empate contra Islandia, a Lionel Messi le encantaría resarcirse en el partido de Argentina ante Croacia el jueves en el Grupo D, pero muchos temen que eso no vaya a pasar.
Messi se preparó como nunca para este Mundial, cuidando la cantidad de minutos que jugó con Barcelona en la parte final de la temporada. Pero la maldición que parece perseguirlo cuando se pone la camiseta "albiceleste" parece no tener fin.
El penalti fallado y su desconexión con el equipo parecen haber pegado fuerte en el atacante, cuyo ánimo tiene preocupado al cuerpo técnico de la selección.
El astro del Barcelona también siente la responsabilidad de que ante Islandia se lo rodeó como él quería (con Javier Mascherano y Lucas Biglia como doble eje central) y esto no se vio reflejado de manera positiva ni en el resultado ni en su rendimiento, dijo a Reuters una fuente cercana al equipo.
Después de haber llevado a Argentina a la final contra Alemania hace cuatro años, Messi cumple 31 años en unos días y puede estar jugando su último Mundial, por lo que no quiere dejar pasar esta oportunidad tras lo sufrido en 2014.
Ahora, la Argentina de Messi debe enfrentarse a una confiada Croacia que viene de ganarle 2-0 a Nigeria y lidera el grupo.
El seleccionador de Croacia, Zlatko Dalic, ha recurrido al mediocampista Ivan Rakitic, compañero de equipo de Messi en Barcelona, para encontrar ideas y tácticas que lo detengan.
"Buscaremos algunos consejos sobre cómo detener a Messi", dijo, declarando a Rakitic su "asistente" temporal antes del duelo.
"No hay una manera perfecta de detener a Lionel Messi (...) él es el mejor jugador del mundo. Pero aunque un excelente jugador puede lograr un gran resultado, un gran equipo hace el trabajo mucho mejor (...) Entraremos al juego un poco más relajados que ellos".
Aquellos que siguieron de cerca la tortuosa clasificación de Argentina a la Copa del Mundo no quedaron tan sorprendidos por el resultado ante Islandia, por lo que pensar en un triunfo fácil ante Croacia parece una utopía.
"Aprenderemos de lo que sucedió y tenemos que tener la fuerza para ganar el próximo partido", dijo Sampaoli después de la igualdad ante Islandia, intentando encaminar a su equipo hacia una mayor fortaleza colectiva.
Sin embargo, han pasado 32 años desde que Argentina ganó la Copa del Mundo por última vez y 25 desde su última Copa América en 1993.
Croacia cuenta con mucho talento en sus filas. Además de Rakitic, también tiene al talentoso Luka Modric en el centro del campo y al imponente artillero Mario Mandzukic en la delantera.
Con su escuadra más fuerte en años, Croacia sueña con rivalizar con las glorias de 1998, que alcanzaron las semifinales de la Copa del Mundo y terminaron en tercer lugar tras vencer 2-1 a Holanda.