Por Steve Keating
NUEVA YORK (Reuters) - Aunque no sea la semifinal del Abierto de Estados Unidos que los aficionados hubiesen deseado, posiblemente Juan Martín del Potro y Rafa Nadal protagonicen el viernes un partido excepcional.
El argentino arruinó la posibilidad de un duelo entre Nadal y Roger Federer en semifinales del último grand slam del año tras derrotar al maestro suizo en un fantástico partido el miércoles.
Hasta el momento, Del Potro y Nadal se han enfrentado en 13 partidos, pero el encuentro más evocado por los aficionados será probablemente el de 2009 en Flushing Meadows, donde el argentino derrotó al español.
Después, Del Potro venció a Federer en un emocionante partido de cinco sets en la final, obteniendo así el único título de grand slam de su carrera.
Este año, Del Potro ha hipnotizado al público de Nueva York con su impresionante torneo, sobre todo con la remontada en cuartos de final contra el sexto cabeza de serie, Dominic Thiem, cuando fue capaz de levantar dos sets a cero.
"No estoy en perfectas condiciones físicas, pero cuando juegas en las semifinales de un grand slam, cualquier cosa puede pasar", dijo Del Potro, que ha estado enfermo estos días.
"Así que tienes que estar preparado ante la oportunidad y cuando juegue contra Rafa en mi torneo favorito intentaré disfrutar del ambiente, del partido, y sé que si juego mi mejor tenis puedo ser una amenaza para él", añadió el argentino.
Con la llegada de una masa de aficionados argentinos que ondean desde las gradas sus banderas blanquiazules en muestra de apoyo a su compatriota, el ambiente que rodea los encuentros del Potro se parece por momentos al de los partidos de fútbol.
Sin embargo, Nadal también atrae a su propia legión de admiradores, y el español les ha dado mucho que celebrar al anotarse dos victorias implacables en tres sets en sus dos últimos partidos.
Aunque es indiscutible que Nadal y Del Potro acapararán la atención el viernes, otro español, Pablo Carreño, décimosegundo en los cabeza de serie, y el sudafricano Kevin Anderson jugarán también el mismo día la primera semifinal de un grand slam de sus carreras.
Anderson alcanzó las semifinales al derrotar al estadounidense Sam Querrey, mientras que Carreño tuvo un camino más fácil, ya que todavía no se ha enfrentado a ningún tenista por encima del puesto 25 del ranking mundial en lo que lleva de torneo.