Por Brian Homewood
(Reuters) - Si se dieran puntos por el buen juego desplegado y los elogios cosechados de parte de la prensa y los rivales, la selección peruana de fútbol habría pasado a los octavos de final del Mundial sin problemas.
La participación del equipo sudamericano en su primer Mundial en 36 años terminó antes de lo esperado, con una eliminación en la fase de grupos, pero el equipo del entrenador Ricardo Gareca mostró muchos de los mejores pasajes de juego que se han visto en el torneo.
Incluso el seleccionador de Dinamarca, Age Hareide, cuyo equipo pasó a octavos junto a Francia a expensas de Perú, dijo que sus dirigidos tuvieron suerte de no haber perdido ante los sudamericanos y de haber progresado en el torneo.
"El equipo que obtuvo tres puntos (en el Grupo C), Perú, jugó el mejor fútbol", dijo tras el empate 0-0 de su equipo contra Francia el martes, un partido que sin dudas aumentará la percepción de que el equipo equivocado se fue a casa.
Pero sus palabras también aumentan la sensación de frustración por la pronta salida del conjunto inca.
Perú dominó el primer partido contra Dinamarca, pero cayó 1-0 tras desperdiciar un penalti en la primera parte, e incluso superó en el juego a Francia para perder por el mismo resultado en el segundo choque del grupo.
Finalmente ganó 2-0 a Australia para anotar su primer gol en un Mundial en 36 años y su mar su primera victoria en cuatro décadas. Pero para el choque del martes en Sochi la eliminación ya estaba sellada y la presión había desaparecido.
El aspecto más positivo del paso de Perú por el Mundial fue que enfrentó a oponentes físicamente más fuertes como iguales y los dominó con su juego de posesión, una apuesta arriesgada pero encomiable teniendo en cuenta la relativa inexperiencia de los jugadores.
A diferencia de otros equipos sudamericanos, Perú no cuenta con jugadores de clase mundial y solo un miembro de la plantilla, Andre Carillo, juega en un club de las cinco grandes ligas europeas.
Pero la nación andina siempre ha producido jugadores naturalmente talentosos y tiene una orgullosa tradición de tratar bien el balón, como dijo su entrenador argentino Ricardo Gareca, quien insistió en que la herencia debe ser respetada.
Gareca, quien restauró la confianza de aficionados y futbolistas en el equipo tras décadas de fracasos, todavía no ha dicho si seguirá o no en el cargo. Sus dirigidos, eso sí, esperan que el "profe" no se vaya.
"Sería lindo que se quede, todo el Perú lo pide. Y le voy a meter un poco de presión. Él tiene que decidir que es lo mejor para él", destacó el capitán Paolo Guerrero antes del choque con Australia.
"Estamos muy felices con el trabajo que está haciendo y ha realizado con nosotros. Esperamos tenerlo más tiempo", agregó.