En este contexto, impulsados por la guerra de Ucrania y sus consecuencias, el fondo francés indica que la presión inflacionista adicional en medio de una fuerte demanda “no ha hecho más que acentuar el hecho de que algunos bancos centrales están muy atrasados en sus políticas”: “Querían esperar a que volviera el pleno empleo antes de plantearse cualquier endurecimiento monetario”.
Así, apuntan que los mensajes de los bancos centrales han cambiado considerablemente ya que, actualmente, los inversores esperan que el BCE suba los tipos 280 puntos básicos en 18 meses y la Fed, unos 230 puntos básicos. “Esto supondría un ritmo impresionantemente rápido, por lo que los inversores han reaccionado de forma tan brutal en el segundo trimestre y, por primera vez en décadas, ninguna clase de activos -incluidos los fondos monetarios- ha conseguido obtener beneficios positivos en lo que va de año”, subrayan.