Tokio, 24 feb (.).- La fortaleza del yen frente al dólar volvió hoy, por tercer día consecutivo, a arrastrar a la Bolsa de Tokio al terreno negativo, en una sesión en el que los fabricantes de vehículos y las tecnológicas se vieron especialmente afectados.
El índice referencial Nikkei cerró con un retroceso de 87,92 puntos, un 0,45 por ciento, y quedó en los 19.283,54 puntos, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, perdió 6,11 puntos, un 0,39 por ciento, hasta las 1.550,14 enteros.
El parqué tokiota empezó la jornada un día más en negativo y en las primeras horas de cotización se llegó a dejar más de 100 puntos, sin que consiguiera cambiar la tendencia por culpa de la revalorización de la moneda local frente al dólar.
La sesión estuvo marcada por unas declaraciones del nuevo secretario del Tesoro de EEUU, Steve Mnuchin, sobre la reforma fiscal en Estados Unidos.
Mnuchin dijo que la reforma fiscal que planea el presidente, Donald Trump, será "muy significativa" y expresó cautela en torno a la fortaleza del billete verde, lo que disparó la compra de yenes, considerada moneda refugio.
La fortaleza de la moneda local hizo que las grandes exportadoras se resintieran, como el fabricante de vehículos Toyota (T:7203), que perdió un 0,8 por ciento, o las tecnológicas Hitachi (T:6501) y Sony (T:6758), que cayeron un 0,2 y un 0,8 por ciento.
Por su parte, el gigante tecnológico Toshiba (T:6502) subió un 4 por ciento y llegó a sumar durante la sesión un 12 por ciento después de que se publicara que considera declarar en bancarrota a Westinghouse Electric, su rama de energía nuclear en EE.UU.
El conglomerado japonés baraja este movimiento como una de sus opciones para la unidad que ha sido el origen de sus problemas financieros, que le han llevado a perder más de la mitad de su valor desde finales del pasado diciembre.
En la primera sección, 1.144 valores avanzaron frente a 708 que retrocedieron, mientras que 141 terminaron el día sin cambios.
El volumen de negocio ascendió a 2,072 billones de yenes (17.360 millones de euros), frente a los 2,004 billones de yenes (16.789 millones de euros) de la víspera.