Lisboa, 12 jul (EFE).- La presión que ejercen los mercados sobre la deuda soberana de Portugal volvió a incrementarse hoy y situó los intereses de nuevo por encima del 7 %, mientras el país continúa inmerso en su crisis política.
Los inversores, que penalizan la incertidumbre que rodea al futuro del Ejecutivo luso, exigían hoy una mayor rentabilidad para comprar sus títulos de deuda a todos los plazos.
Las obligaciones lusas a diez años, utilizadas como referencia, llegaron a cotizar por encima de la barrera psicológica del 7 % a lo largo de la jornada, una décima más que ayer.
Las tasas registradas en el mercado secundario, donde se compran y venden los títulos adquiridos en emisión pública, sirven de referencia a los analistas, que consideran que la deuda portuguesa continúa cotizando todavía a intereses insostenibles, pese al rescate financiero que recibe desde mayo de 2011.
En el marco de la actual crisis política, la rentabilidad exigida por los inversores para comprar estos mismos títulos lusos llegó a dispararse hasta el 8,1 %, cifra que contrasta con el 5,5 % que pagaban a principios de mayo.
A cinco años la deuda portuguesa superaba el 6,4 % y con vencimiento a dos años seguía cerca del 5,2 %, apenas unas centésimas más que al cierre de ayer.
El recrudecimiento de la presión del mercado sobre Portugal se produce mientras el país está pendiente de cómo se resuelve la crisis política abierta a principios de la semana pasada por divergencias en la coalición conservadora en el Gobierno.
Aunque socialdemócratas y democristianos aseguraron haber superado esas diferencias, el jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva no aceptó la solución presentada por el Ejecutivo -que incluía una remodelación del gabinete-, aunque también descartó la convocatoria de comicios anticipadas de forma inmediata como pedía la oposición.
El presidente luso instó a los dos partidos conservadores y a los socialistas a alcanzar un "compromiso de salvación nacional" que garantice la estabilidad política mínimo hasta junio de 2014, cuando Portugal dejará de recibir la ayuda internacional y podría celebrar de nuevo elecciones, un año antes del fin oficial de la legislatura.
Hoy mismo, los partidos discuten en el Parlamento las opciones de alcanzar un acuerdo, aunque los socialistas ya descartaron cualquier hipótesis de apoyar o integrar un Gobierno sin que antes se convoquen comicios. EFE
Los inversores, que penalizan la incertidumbre que rodea al futuro del Ejecutivo luso, exigían hoy una mayor rentabilidad para comprar sus títulos de deuda a todos los plazos.
Las obligaciones lusas a diez años, utilizadas como referencia, llegaron a cotizar por encima de la barrera psicológica del 7 % a lo largo de la jornada, una décima más que ayer.
Las tasas registradas en el mercado secundario, donde se compran y venden los títulos adquiridos en emisión pública, sirven de referencia a los analistas, que consideran que la deuda portuguesa continúa cotizando todavía a intereses insostenibles, pese al rescate financiero que recibe desde mayo de 2011.
En el marco de la actual crisis política, la rentabilidad exigida por los inversores para comprar estos mismos títulos lusos llegó a dispararse hasta el 8,1 %, cifra que contrasta con el 5,5 % que pagaban a principios de mayo.
A cinco años la deuda portuguesa superaba el 6,4 % y con vencimiento a dos años seguía cerca del 5,2 %, apenas unas centésimas más que al cierre de ayer.
El recrudecimiento de la presión del mercado sobre Portugal se produce mientras el país está pendiente de cómo se resuelve la crisis política abierta a principios de la semana pasada por divergencias en la coalición conservadora en el Gobierno.
Aunque socialdemócratas y democristianos aseguraron haber superado esas diferencias, el jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva no aceptó la solución presentada por el Ejecutivo -que incluía una remodelación del gabinete-, aunque también descartó la convocatoria de comicios anticipadas de forma inmediata como pedía la oposición.
El presidente luso instó a los dos partidos conservadores y a los socialistas a alcanzar un "compromiso de salvación nacional" que garantice la estabilidad política mínimo hasta junio de 2014, cuando Portugal dejará de recibir la ayuda internacional y podría celebrar de nuevo elecciones, un año antes del fin oficial de la legislatura.
Hoy mismo, los partidos discuten en el Parlamento las opciones de alcanzar un acuerdo, aunque los socialistas ya descartaron cualquier hipótesis de apoyar o integrar un Gobierno sin que antes se convoquen comicios. EFE