Berlín, 27 nov (EFE).- El bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, y el Partido Socialdemócrata (SPD) suscribieron hoy un acuerdo de gobierno de coalición marcado por el gasto social y las inversiones millonarias, sin subida de impuestos y sin incremento de deuda.
El pacto deberá superar el filtro de la realidad financiera y el imprevisible resultado de la consulta a la militancia socialdemócrata, que decidirá el destino de la gran coalición en un referéndum vinculante cuyo resultado se conocerá el 14 de diciembre.
"Yo estoy tranquila y hago mi trabajo", señaló Merkel en la multitudinaria rueda de prensa que protagonizó en Berlín junto al secretario general del SPD, Sigmar Gabriel, y el líder de los conservadores bávaros de la CSU, Horst Seehofer.
La sombra de la consulta a los más de 470.000 afiliados del SPD planeó sobre la comparecencia de los tres dirigentes políticos, que no obstante se mostraron convencidos de que la canciller será investida para una tercera legislatura por el Bundestag el 17 de diciembre, como está previsto.
Más de dos meses después de los comicios y tras más de un mes de negociaciones, los tres presentaron el acuerdo de 185 páginas cerrado esta madrugada, en el que consiguieron engarzar los principales compromisos electorales de sus respectivos partidos.
"Hoy como hace 150 años los socialdemócratas quieren mejorar la vida de los ciudadanos. Este acuerdo de coalición la hace mejor y fortalece a Alemania y a Europa. Por ello los militantes del SPD lo aprobarán con seguridad", subrayó Gabriel ante las dudas.
Su confianza se asentaba en la inclusión en el acuerdo de su promesa estrella en campaña: un salario mínimo interprofesional de 8,5 euros la hora que se plasmará en una ley en 2005, aunque podrá haber un periodo de transición de dos años.
El SPD logró también que Merkel aceptara la doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania, un proyecto largamente demandado por la amplia comunidad turca residente en el país.
La consolidación fiscal, el refuerzo del bienestar general y la mejora de la justicia social serán los tres pilares del nuevo gobierno, resumió la canciller.
El lema de la legislatura será "asegurar el futuro de Alemania", añadió Merkel, quien hizo hincapié en la importancia de reducir la deuda.
El pacto de gobierno dedica varias páginas a la crisis europea y ratifica que la consolidación fiscal -Alemania no incurrirá en nuevas deudas a partir de 2015- debe extenderse a toda la UE, que tiene que mantener las reformas para ganar competitividad y compaginar esa austeridad con "inversiones sostenibles".
Berlín no desea "una unión de las deudas, sino una unión de la estabilidad", subrayó Merkel.
La canciller, quien durante toda la campaña se opuso al salario mínimo, calificó hoy de "justo" el acuerdo y estimó que el "pleno empleo es un objetivo realista para Alemania".
Los líderes no ofrecieron una cifra global del gasto que supondrán los compromisos adquiridos, que los medios alemanes sitúan entre los 20.000 y los 23.000 millones de euros.
Una importante partida (alrededor de 2.000 millones de euros) se destinará al sistema de pensiones: se incrementarán las pensiones para las madres de hijos nacidos antes de 1992; se flexibilizará la jubilación a los 67 años para que los trabajadores con 45 años cotizados puedan retirarse a los 63; y se creará en 2017 una "pensión mínima de solidaridad" de 850 euros mensuales.
Habrá 3.000 millones para investigación, importantes inversiones en el sistema educativo y hasta 5.000 millones para mejorar las infraestructuras de transporte, unas gastos "factibles", según la canciller.
En el acuerdo se incluyó además finalmente una de las principales reivindicaciones de la CSU bávara: la aprobación en 2014 de un peaje en las carreteras alemanas para los automovilistas extranjeros, siempre que respete el derecho europeo y no suponga una carga adicional para los conductores nacionales.
También recoge el pacto un importante capítulo energético, en el que se ratifica el "apagón nuclear" para 2022 y se establece que las energías renovables deberán suponer entre el 55 y el 60 por ciento del total en 2030.
La Confederación de la Industria Alemana (BDI) criticó el acuerdo de coalición al augurar peligros para la economía germana, aunque el el DAX 30 de la Bolsa de Fráncfort marcó un nuevo máximo histórico.
La "gran coalición" sumará 504 de los 631 escaños mientras que la oposición quedará limitada a La Izquierda -postcomunistas y disidentes del SPD- y los Verdes, con quienes la canciller barajó gobernar en un inicio.
Será la segunda vez que Merkel lidere una gran coalición de gobierno, fórmula que ya encabezó en su primera legislatura (2005-2009) y que, a la postre, supuso para el SPD una sangría de votos en las siguientes elecciones generales.EFE
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