Adrià Calatayud
Pekín, 7 jun (EFE).- China abrió hoy la puerta a las transacciones en yuanes en Estados Unidos al comprometerse a iniciar los trámites para permitir invertir a las empresas de ese país, con límites, en las bolsas del gigante asiático en la moneda local.
Tras dos días de Diálogo Estratégico y Económico que terminaron hoy en Pekín, las dos primeras economías del mundo acordaron, además de potenciar sus intercambios financieros, acelerar las negociaciones para un tratado de inversión bilateral.
Esos fueron los principales resultados económicos del encuentro en el que China reiteró su voluntad de reducir los excesos de capacidad de producción de acero y EEUU dijo que tendrá en cuenta los efectos en los países emergentes de futuras subidas de sus tipos de interés.
"Damos la bienvenida a continuar la cooperación entre nuestros sistemas financieros y estamos comprometidos a reforzar la conectividad de nuestros productos y mercados financieros", anunció Wang.
China estableció para EEUU una cuota de 250.000 millones de yuanes (unos 38.000 millones de dólares), dentro de su programa Inversores Institucionales Extranjeros Calificados en Renminbi (RQFII), que permite a compañías foráneas invertir en las bolsas del país.
"La posibilidad de participar en el mercado en yuanes abre una puerta que es importante. Será la segunda mayor cuota tras Hong Kong, lo cual es significativo", afirmó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, en una rueda de prensa en Pekín.
El viceprimer ministro chino Wang Yang también anunció, en la ceremonia de clausura del diálogo, que Pekín designará próximamente dos entidades, una china y una estadounidense, a través de las que se efectuarán las transacciones en yuanes en Estados Unidos.
"La puerta ha quedado abierta, con lo que el proceso puede comenzar, y ahora rápidamente veremos cuál es el nivel de interés", añadió Lew, quien precisó que todo está pendiente de que las instituciones financieras interesadas presenten sus candidaturas y de que reciban la aprobación de los reguladores.
El secretario del Tesoro subrayó que este acuerdo supondrá "una ventaja real" sobre todo para que las pequeñas empresas estadounidenses, así como para las grandes compañías no financieras, puedan invertir en China.
"Lo hará más fácil y más barato", resumió Lew.
Pekín también prometió adoptar reformas legales y corporativas que permitirán a firmas estadounidenses acceder al mercado chino en sectores ahora vedados.
En este sentido, las negociaciones para el tratado de inversión bilateral que las dos potencias negocian desde 2008 recibió un impulso en Pekín, puesto que ambas partes mostraron su disposición a redoblar los esfuerzos para cerrar un acuerdo en una fecha temprana.
"Hay una ventana de tiempo entre ahora y la cumbre del G20 en septiembre, que es el momento óptimo para nosotros para realizar progresos. Después, estaremos a punto de llegar al final de nuestra Administración y se nos va a agotar el tiempo", explicó Lew, en referencia al final del mandato del Ejecutivo de Barack Obama.
Así, la delegación china se comprometió a enviar la semana próxima su propuesta de "lista negativa" con los sectores que quiere que se excluyan del texto final.
EEUU mostró a lo largo del diálogo bilateral su preocupación acerca de las distorsiones que ha generado en los mercados internacionales el exceso de capacidad de producción industrial de China en sectores como el acero, el carbón, el aluminio o el cemento.
Pese a que en la primera jornada de reuniones las declaraciones públicas de Lew provocaron una airada respuesta del ministro chino de Finanzas, Lou Jiwei, en la clausura del encuentro ambas partes resaltaron que se trata de un problema de carácter global, y que no sólo afecta al gigante asiático.
China reafirmó ante EEUU sus planes para recortar la capacidad productiva sobrante en el sector del acero, aunque Lew lamentó esta decisión no se extendiera a la industria del aluminio.
Las dos mayores economías del mundo pactaron, asimismo, incrementar su colaboración para la lucha contra el lavado de dinero, así como los intercambios de información financiera y la coordinación de sus políticas macroeconómicas.