Por Richard Martin
(Reuters) - El Atlético de Madrid está acostumbrado a estar entre los pesos pesados de la Champions League, pero tras quedarse fuera el martes de la elitista competición de Europa, ahora debe resignarse a jugar en la mucho menos glamurosa Europa League.
El lema del Atlético en los últimos años, durante los que ha alcanzado dos finales de la Champions League y un título de Liga, ha sido "nunca dejes de creer", pero quedarse en el torneo era una misión casi imposible.
Los colchoneros tendrían que haber ganado al Chelsea y rezado por que el AS Roma no derrotarse al equipo más modesto del Grupo C, el Qarabag. Sin embargo, el Atlético solo consiguió empatar 1-1 en Stamford Bridge, mientras que los italianos ganaron 1-0.
Estos resultados condenaron al equipo de Diego Simeone a la Europa League, una competición europea de segundo nivel, en la que ciertamente no había previsto jugar cuando abrió el estadio Wanda (HK:3699) Metropolitano, con una capacidad para 68.000 personas, en septiembre.
El Atlético ganó la Europa League en 2010 y 2012, pero ha subido tanto de nivel que cuando el mes pasado le preguntaron al capitán Gabi sobre el regreso a la competición, éste respondió: "a día de hoy, te diría que la Europa League es una mierda".
Sin embargo, la competición supuso el primer gran logro para el Atlético de Simeone - derrotó 3-0 al Athletic de Bilbao en la final de 2012 - y el entrenador fue mucho más positivo en cuanto a la noción de estar dentro.
"Esto nos abre un nuevo desafío y una nueva ilusión para seguir peleando", dijo el técnico en una rueda de prensa tras el partido del martes. "El año todavía es larguísimo y se nos va a valorar al final de la temporada".
"Todo lo que es malo, para nosotros pasa a ser bueno", añadió el argentino.
"No buscamos excusas", dijo Simeone. "Ahora, más allá del resultado negativo de quedar eliminado de la Champions League, nos concentramos en lo que se viene, y sé que el equipo va a competir, ya sea en La Liga, la Copa del Rey o la Europa League".