Por Mark Gleeson
MOSCÚ (Reuters) - Alemania cumplió, Sudáfrica superó las expectativas, Brasil capeó la tormenta y salió a flote, mientras que Rusia cambió la visión negativa del resto del planeta cuando le tocó organizar la Copa del Mundo, aunque lo que pasará en Qatar dentro de cuatro años es realmente una incógnita.
Solo hay una certeza: el próximo Mundial será un evento como ningún otro.
El pequeño reino del golfo, que se extiende solo 180 kilómetros de un extremo a otro, es diferente a cualquier anfitrión anterior con poca tradición deportiva y una población de poco más de 2,5 millones de personas. Nunca ha jugado un Mundial y el clima es tan inclemente entre junio y julio que la histórica fecha del torneo tuvo que ser modificada.
Pero lo que Qatar tiene es una riqueza fabulosa, suficiente para persuadir a la FIFA de que es capaz de ser sede del torneo tras un proceso de selección empañado por denuncias de soborno.
El primer país árabe que organizará el evento está planeando construir ocho nuevos estadios. Uno ya fue terminado, dos se terminarán este año y el resto, en 2021. Ninguno está a más de 35 kilómetros del centro de la capital, Doha, y a todos se podrá acceder a través de un nuevo sistema de metro.
El ritmo de construcción ha llevado a denuncias de explotación de trabajadores migrantes, y muchas organizaciones de derechos humanos condenan las prácticas laborales del país.
"Estamos listos por el el cronograma que hemos establecido", dijo en Moscú Hassan Al Thawadi, secretario general del comité organizador de Qatar 2022.
La FIFA confirmó que el torneo se realizará del 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022, pero queda por decidir si será un evento de 32 equipos o si se ampliará a 48.
"Será una decisión que se tomará de común acuerdo entre la FIFA y Qatar, y ahora estamos estudiando la posibilidad de ampliar el Mundial a 48 equipos. Sin embargo, todos los preparativos están basados en 32 equipos", agregó Al Thawadi.
Modificar el calendario del torneo interrumpiría las temporadas de liga y ha encaminado a la FIFA a un choque inevitable con los grandes clubes europeos. Los qataríes buscan darle un tono positivo al cambio.
"Los jugadores estarán a mitad de temporada, no al final de sus temporadas, por lo que podrán mostrar un mejor rendimiento", dijo Al Thawadi.
Qatar también relajará las leyes sobre consumo de alcohol, planificando áreas para los hinchas extranjeros en las que se pueda beber para garantizar que se reproduzca la atmósfera festiva de los torneos anteriores.
"Somos muy conscientes de la maravillosa oportunidad que la Copa del Mundo representa para cambiar las opiniones y vencer los estereotipos. Seremos una nación acogedora", agregó.
(Información traducida en español por Javier Leira)