Ginebra, 15 jun (.).- Más de 75 millones de trabajadores domésticos en el mundo sufrieron las consecuencias de la pandemia, sobre todo en América donde la pérdida de empleo en este sector en el peor momento de la crisis sanitaria fue de hasta un 50 %, informó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Durante el mismo periodo, la pérdida de empleo en otros trabajos fue menor al 15 % en la mayoría de países, destacó la OIT, que afirma que la pandemia de COVID-19 ha empeorado unas condiciones de trabajo que ya eran muy malas.
“Estos trabajadores son de los miembros más infravalorados e invisibles de la fuerza de trabajo”, dijo el director general de la OIT, Guy Ryder, en una rueda de prensa
En la mayor parte de países de Europa, en Canadá y en Sudáfrica la pérdida de empleo durante el peor momento de la pandemia fue de hasta un 20 %.
Hay que tener en cuenta que muchos de los trabajadores domésticos son inmigrantes, cuyo estatus en un país puede cuestionarse si pierden su trabajo, puntualizó Ryder, que recordó el impacto humano detrás de las cifras.
La vulnerabilidad de este personal, que constituye el 4,6 % de los asalariados del mundo, se debe en gran medida a que carecen de seguridad social, ya que más de 60 millones de trabajadores domésticos están empleados en la economía informal.
En los diez últimos años, gracias a la adopción de un Convenio de la Organización Internacional del Trabajo que confirmó los derechos laborales de estos asalariados, el número de trabajadores domésticos informales se redujo 16 puntos porcentuales, informó la OIT.
Sin embargo, el 36 % se encuentra completamente excluidos de las leyes de protección social y laboral, sobre todo en Asia, el Pacífico y los países árabes, donde el informe registró un mayor número de trabajadores domésticos informales.
Pese a que el 88 % de los países ofrecen alguna cobertura legal a los trabajadores domésticos, la implementación es un desafío.
“La crisis ha puesto de relieve la necesidad acuciante de formalizar el trabajo doméstico a fin de que quienes se dedican a ello accedan a un trabajo decente”, señaló Ryder.
El director general de la OIT subrayó que el avance más lento se observó en el salario mínimo, ya que el número de trabajadores que cuentan con este derecho aumentó tan solo dos puntos porcentuales en los últimos diez años, lo que significa que el 65 % de ellos siguen sin tener una remuneración básica.
Según el informe, el 76,2 % de las trabajadoras y trabajadores domésticos son mujeres (57,7 millones), aunque los hombres constituyen la mayoría de este personal en los países árabes y en el norte de África.