Sídney (Australia), 6 dic (EFE).- El primer ministro de Australia, Tony Abbott, pidió hoy al fabricante de coches Holden, subsidiario de General Motors, que aclare si la empresa pondrá fin en 2016 a sus operaciones en el país oceánico.
"Me gustaría que Holden aclarara sus intenciones porque en este momento nos tiene a todos en ascuas", dijo Abbott en una entrevista con Radio Fairfax al referirse a un informe periodístico publicado anoche sobre el futuro del constructor.
Abbott explicó que la coalición gubernamental tiene una política para apoyar a la industria automotriz, pero destacó que fuera de lo que ya se ha comprometido no se dará mayores fondos adicionales para este sector que se encuentra en crisis.
Según la televisión ABC, Holden tenía previsto anunciar esta semana su cierre pero aplazó la decisión hasta principios del próximo año, si bien el fabricante negó este extremo, según dijo al mismo canal el ministro de Industria, Ian Macfarlane.
Holden indicó que mantiene las negociaciones con el Gobierno sobre su futuro y evitó responder a las especulaciones sobre su cierre, que le costaría a la economía del estado de Australia del Sur unos 1.124 millones de dólares (821 millones de euros) y unos 13.200 puestos de trabajo.
El posible cierre de Holden se une al de Mitsubishi, que cesó sus operaciones en Australia hace cinco años, y al de Ford, que anunció su salida del país en octubre de 2016, mientras se teme que Toyota tome la misma decisión que pondría fin a la industria de este sector en el país.
Tanto Ford como Holden han recibido más de 1.087 millones de dólares (7.954 millones de euros) en ayudas públicas en la última década, según la ABC.
El sector echa atribuye la actual situación a la fuerte apreciación del dólar australiano de los últimos años, la crisis que ha afectado a los mercados que importan sus unidades, así como a los crecientes costes de producción y altos aranceles a los que está sujeta en Australia la exportación de vehículos. EFE