A Coruña, 2 jun (.).- El director general de Trison, Alberto Cáceres, ha asegurado este jueves que el "reto" de cara al futuro es la "integración social de la tecnología" y conseguir que "la sociedad esté preparada para aprovechar todas las capacidades" que ésta brinda.
El Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña (Palexco) acoge hasta el viernes la cumbre tecnológica Ecosystems 2030, en la que participan 53 ejecutivos de corporaciones en el ámbito tecnológico y más de 80 invitados de más de una veintena de países.
Cáceres participa como especialista en el futuro de experiencias inmersivas, que consisten, según explica a Efe, en espacios en los que "a través de elementos audiovisuales, de pantallas y de un sistema de sonido", uno es capaz de creer que está en un videojuego.
"Te rodea tanto el ambiente que pierdes un poco la noción de dónde estás", ha destacado.
"Lo primero que tenemos que hacer es experimentar porque es un territorio bastante ignoto. Creo que lo estamos haciendo bastante deprisa y bien. Para luego estar preparados para el momento en que nuestros clientes lo necesiten y podamos ayudarles a dar el salto", ha declarado.
Estos espacios inmersivos están ya en la calle, aunque con otros nombres, popularizados en el arte, en las tiendas de Inditex (BME:ITX), uno de sus clientes, o en el configurador de realidad virtual de Porsche (ETR:PSHG_p), que también diseña su empresa.
"Ya está en la calle, pero el metaverso ahora le ha dado un cuerpo y una unidad", ha asegurado.
Con los avances ya a disposición de los usuarios, Cáceres considera, de cara al futuro, que es fundamental conseguir entender cómo utilizarlos.
"El reto es la integración social de la tecnología porque la tecnología, muchas veces, avanza más rápido que la sociedad. El reto es que realmente la sociedad esté preparada para aprovechar todas las capacidades que nos da la tecnología", asegura.
Sobre la brecha de la desigualdad, aclara que "la magia de lo digital es que es bastante universal", por lo que tiene la esperanza de que la tecnología reduzca la distancia entre la población más rica y la más pobre.
"Es mucho más fácil replicar un elemento digital que un elemento físico. Por eso, veo menos inconvenientes que en el mundo no virtual", ha añadido.
Los espacios inmersivos tienen un sinfín de aplicaciones, pues además de en las tiendas y en el comercio, estarán en la educación y en el juego.
"Es demasiado novedoso como para que entendamos todavía cómo se va a aprovechar de aquí a 2030", ha matizado.
En su opinión, también suponen una revolución en el ámbito del empleo, pues en el futuro inmediato es necesario su creación y dotación de contenidos, aunque en el futuro podría haber incluso puestos de trabajo virtuales.
"Lo primero que va a hacer falta son especialistas para generar este mundo. Probablemente a día de hoy no existen suficientes. Es un mundo que se tiene que transformar de la infraestructura, que es lo que hay ahora, a los contenidos. Porque realmente tiene que ser atractivo para que queramos estar dentro de él", finaliza.
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