Nicosia, 12 jul (EFE).- El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, aseguró hoy que ve con "prudencia", pero con "optimismo", el futuro del país a pesar de las "dolorosas consecuencias" de la crisis económica en la isla mediterránea.
En una comparecencia de prensa para valorar sus primeros cuatro meses de Gobierno -durante los que se ha producido la crisis bancaria, el "corralito" y la firma de un rescate con la troika- afirmó que el país "conseguirá sus objetivos", aunque avisó de que no existen "soluciones mágicas".
"Pese a las dificultades continuaremos trabajando duro. Sin populismos ni grandes promesas pero con honestidad y determinación haremos todo lo posible para lograr la estabilización del sector financiero, que asegurará la liquidez necesaria para el mercado", prometió.
Ante la próxima visita de la troika -que aterrizará en Nicosia la próxima semana-, Anastasiadis explicó que en los próximos días se comenzará con el plan de "modernizar y reestructurar" las instituciones públicas, para "luchar contra la corrupción, asegurar la meritocracia y la buena administración", una de las medidas prometidas tras la crisis bancaria chipriota del pasado marzo.
El mandatario grecochipriota justificó las decisiones tomadas el pasado marzo, que llevaron a la imposición de restricciones al movimiento de capitales que aún no han sido completamente levantadas, alegando que así se "previno el colapso total".
Consideró que fue "obligado" por el Eurogrupo a tomar la decisión de forzar pérdidas para los titulares de los depósitos mayores a 100.000 euros en el Banco de Chipre y el Banco Popular.
Anastasiadis aseguró que le sorprendió la "insistencia" de sus socios comunitarios en la quita de los depósitos, un modelo que ahora "se va a aplicar en toda Europa".
En cuanto al levantamiento de las restricciones al movimiento de capitales, dijo que se podrá salir de ellas cuando concluya la reestructuración del Banco de Chipre, el mayor del país y un tema que será examinado detenidamente durante la visita de la troika.
Además repasó las medidas aprobadas por su Gobierno para reducir el gasto público, una exigencia de los acreedores internacionales a cambio del rescate financiero por valor de 10.000 millones de euros.
Entre estas destacó la reducción del salario presidencial y del de los ministros; de los gastos de ciertos ministerios y del sistema sanitario, así como de las partidas destinadas a los refugiados e inmigrantes o de la prohibición de seguir cobrando el paro a aquellos desempleados que hayan rechazado dos ofertas de trabajo proporcionales a su cualificación.
Como medidas de reactivación de la economía, subrayó la importancia de la subvención pública de puestos de trabajo en el sector privado, así como la facilitación de las inversiones privadas y el desarrollo del sector de los hidrocarburos.
Además explicó que el pasado 6 de junio, en su carta remitida a sus socios europeos, pidió incrementar las ayudas a través de fondos estructurales y otras partidas de la UE para diversos sectores económicos de Chipre, como la agricultura y las pymes.
En cuanto a errores, sólo reconoció el no haber mantenido el suficiente contacto con la prensa y el público para explicar la situación, algo que prometió corregir aumentando la "información" y la "rendición de cuentas" del Gobierno a través de ruedas de prensa abiertas a preguntas con cierta regularidad. EFE