Shanghái (China), 10 oct (EFE).- El grupo bancario oceánico ANZ se ha convertido en el tercer banco extranjero que ha mostrado públicamente interés por abrir oficinas en la nueva Zona Piloto de Libre Comercio de China, ubicada en Shanghái, en la que, 12 días después de su apertura, sólo se han instalado dos bancos foráneos.
China espera que la zona de Shanghái le permita aumentar su influencia en la economía mundial y consolidar su capital económica como un punto vital de las finanzas globales, con un peso similar al de Londres o Nueva York para 2020, pero al no haber revelado aún la normativa que regirá la zona, muchas entidades siguen sin decidirse.
Hasta la fecha sólo 10 bancos han solicitado y recibido el permiso oficial necesario para abrir oficinas en la nueva zona, pero la mayoría son entidades estatales chinas, salvo dos excepciones: el banco estadounidense Citigroup, uno de los mayores del mundo, y el singapurés DBS, también el mayor del sudeste asiático.
El Grupo Bancario de Australia y Nueva Zelanda (ANZ), que aspira a convertirse en uno de los principales bancos de Asia-Pacífico, seguirá los mismos pasos para instalarse en la nueva zona, según confirmó su propio presidente ejecutivo, Mike Smith, de visita en la ciudad oriental, al diario oficial "Shanghai Daily".
"El tener una zona de libre comercio en Shanghái es un concepto muy interesante, que será utilizado como un experimento para ensayar la desregulación de todo el sector financiero de China", valoró Smith.
"ANZ estará encantado de formar parte del desarrollo de esta tendencia, y desde luego estamos contemplando la posibilidad de abrir en la zona una sucursal del Grupo ANZ o de (su filial local) ANZ China, o tal vez incluso las dos, si nos parece que tiene sentido", reveló.
"No tenemos un límite para nuestra inversión en China", destacó.
Pese a que el Consejo de Estado (Ejecutivo) publicó 18 sectores de servicios en los que aplicará reformas económicas, y a que se espera que la zona sirva a China de laboratorio de ensayo de una liberalización del cambio del yuan y de los tipos de interés, los esperados detalles de cómo se hará posible siguen sin revelarse.
El hecho de que la zona haya empezado a funcionar, el pasado día 29, antes de que se publiquen las normas que la regulan, y la puntualización del Ejecutivo al anunciar que autorizaría esas reformas "siempre que los riesgos puedan ser controlados", hacen surgir las dudas.
Según algunos analistas, la única manera de que China pueda permitirse liberar los tipos de interés en la zona, y mantenerlos artificialmente bajos en el resto del país, es que garantice de alguna forma que ambos mercados sean estancos.
Por eso se espera que la actividad bancaria internacional que se permita en la zona se vea aislada de alguna manera del sistema bancario chino, algo probable, ya que Pekín estudia que las firmas que abran cuentas bancarias libres en la zona deban cerrar las que tengan en China, con excepciones, aunque aún no lo ha anunciado.
La mayoría de los inversores y bancos extranjeros se mantiene así en prudente espera de más detalles sobre las normas de funcionamiento de la zona, que podrían ser aprobadas por el Legislativo en su pleno anual de marzo.
De ahí que, pese a eliminar los procedimientos burocráticos de China para la apertura más rápida y sencilla de sedes bancarias extranjeras en la zona, la respuesta ha sido tan tibia. EFE