Lisboa, 27 feb (EFE).- La Feria Internacional de Turismo de Lisboa abrió hoy su 25 edición con un ligero aumento de expositores, la incorporación de Argentina y EEUU y una presencia menor de España, uno de los países con mayor oferta en otras ediciones.
Con un total de 36 destinos internacionales en exhibición, tres menos que en 2012, por primera vez están presentes en el certamen de la capital lusa la región de Sao Paulo y la isla española de Formentera.
España, aunque sin expositor propio, está también representada en los espacios de Extremadura, Andalucía, Galicia y la mancomunidad de Cabañeros, que hace este año su segunda presentación en Lisboa.
Entre los destinos internacionales que se exhiben la feria lusa también se encuentran países latinoamericanos como Cuba, México, República Dominicana y, con una muy amplia oferta, Brasil.
La riqueza cultural, gastronómica y de ocio que ofrece España al visitante abrió hoy la sección de eventos paralelos organizados en el mismo recinto ferial.
En los próximos tres días, destinos tan diferentes como Irlanda o los Emiratos Árabes protagonizarán estas presentaciones, que buscan dar conocer las particularidades y los incentivos de cada mercado turístico.
En medio de los efectos de la crisis económica europea, la media de espacio por expositor, que en ocasiones anteriores estaba entre setenta y ochenta metros cuadrados, se quedó este año en 54, según declaró a Efe Fátima Vila Maior, directora de la BTL (Bolsa de Turismo de Lisboa), como es conocido el certamen.
Con todo, en esta edición aumenta el número de empresas presentes a más de 900, destacó Vila Maior.
A la directora de la feria le hubiera gustado una mayor presencia española para aprovechar "la buena oportunidad de darse a conocer a los portugueses ahora que no se puede viajar a destinos lejanos".
Hasta el domingo, cuando concluye la BTL, los organizadores esperan que más de cincuenta mil personas visiten los tres pabellones -uno menos que en 2012- asignados a la feria en la moderna zona del Parque de las Naciones de Lisboa, cuyo costo ronda el millón trescientos mil euros. EFE