México, 29 jun (EFE).- La cementera mexicana Cemex presentó hoy a sus acreedores una nueva oferta para reestructurar una deuda por 7.250 millones de dólares que vence en 2014 y extenderla al 2017, a cambio de un intercambio de notas con mejores condiciones y pagos anticipados de mil millones de dólares.
Según la compañía, la nueva propuesta fue previamente discutida y negociada con un número de bancos que detentan aproximadamente 50 por ciento de las participaciones actuales bajo el Acuerdo de Financiamiento Existente firmado en 2009.
En los años previos a la crisis financiera de 2008, Cemex se encontraba en un período de expansión que concluyó con la compra de la australiana Rinker por unos 15.300 millones de dólares y que actualmente mantiene una deuda total por 18.166 millones de dólares.
La caída de la construcción en diversos países, principalmente en Estados Unidos, desplomaron los ingresos de Cemex que tuvo que comenzar a vender muchos de sus activos para pagar los compromisos.
En el plan la cementera propone un intercambio de títulos de deuda por nuevos créditos o "nuevas notas de colocaciones privadas" con alto rendimento, entre estas una emisión hasta por 500 millones de dólares con rendimiento del 9,5 % para junio de 2018, aunque podrían amortizarse en 2016.
Los acreedores que acepten el intercambio recibirán un prepago de mil millones de dólares, que podrían obtenerse de la eventual venta de activos en Estados Unidos, Europa y activos no estratégicos.
La firma mexicana, con sede en Monterrey, dijo que el nuevo plan se presentará durante las reuniones que se realizarán con sus acreedores en Nueva York (EE.UU.) y en Madrid (España) en la sesión de hoy y del próximo 2 de julio.
La compañía, una de las tres mayores productoras de cemento del mundo, ya enajenó en 2011 activos por valor de 225 millones de dólares y para 2012 planea vender otros más valorados en 500 millones de dólares.
Cemex, fundada en 1906, opera en más de 50 países y es considerada la tercera cementera del mundo, después de la francesa Lafarge y la suiza Holcim. EFE