Atenas, 6 nov (EFE).- La primera jornada de la huelga general en Grecia tiene un seguimiento mayoritario tanto en el sector privado como en el público, han asegurado a Efe fuentes de los dos grandes sindicatos convocantes de la protesta.
El transporte terrestre y marítimo ha quedado prácticamente paralizado y muchos vuelos han sido cancelados o retrasados debido al paro de tres horas de los controladores aéreos.
En los sectores de la construcción, la hostelería y el comercio la huelga está teniendo un seguimiento del 90 %, según la Confederación General de Trabajadores (GSEE), un porcentaje que este sindicato eleva al 100 % en el caso de las refinerías y los puertos.
En el sector público, la convocatoria de huelga ha sido respaldada por entre el 57 y el 85 % de los funcionarios, explicó la Confederación de Funcionarios Públicos (Adedy), la principal organización de trabajadores estatales.
Colegios, hospitales y organismos públicos han quedado parcialmente paralizados por el paro y los bancos públicos ha dejado prácticamente de prestar servicio.
Según la Policía, unas 45.000 personas participaban desde las 11.00 GMT en las dos grandes marchas de protestas convocadas en Atenas, la del Partido Comunista, y la organizada por GSEE y Adedy.
Los alrededores de la Plaza Syntagma, donde confluyen las marchas, estaban atestadas ya de manifestantes a esa hora, aunque su número no dejaba de crecer, según pudo comprobar Efe.
De momento, no se han registrado incidentes ni choques con la Policía.
El nuevo paquete de medidas, que el Parlamento votará mañana, incluye el despido de 25.000 empleados públicos hasta 2013, reducciones de las pensiones y eliminación de diversos complementos salariales.
También se incrementa en dos años la edad de jubilación (hasta los 67) y se reducen las prestaciones a los desempleados, así como la cobertura sanitaria.
Si las medidas son aprobadas, el descanso mínimo entre turnos exigido por ley se disminuirá de 12 a las 11 horas.
"Me siento traicionado por el Gobierno", declaró a Efe Nicos, un fontanero de 30 años que participaba en la manifestación.
Desde el comienzo de la crisis ha visto como su salario quedaba recortado en unos 600 euros.
Panos, trabajador de una empresa pública, justificó su presencia en la marcha en que no cree que las medidas de ahorro vayan a sacar al país de la crisis.
"No vemos que con estas medidas esté mejorando nuestra situación. No se ve en el horizonte que se vaya a reducir la deuda. Las medidas son para hacernos trabajar por menos dinero", denunció.
"Por fin sabemos lo que son exactamente las medidas de recortes. Son medidas que destruyen tanto la economía como la sociedad", declaró hoy ante los medios Yannis Panagópulos, presidente de GSEE. EFE
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