Bruselas, 5 mar (EFE).- El viceprimer ministro de Bélgica y titular de Finanzas, Steven Vanackere, presentó hoy su dimisión, después de haberse visto afectado por un escándalo político sobre un acuerdo financiero entre ACW, la sección flamenca del Movimiento Obrero Cristiano, y el banco Belfius, filial belga del nacionalizado grupo Dexia.
"Acabo de hablar con el primer ministro (el socialista, Elio Di Rupo) y le he dicho que pida al presidente de mi partido (el democristiano CD&V) que busque quien me reemplace en el Gobierno federal", señaló Vanackere en una declaración hecha pública.
El ministro belga presentó así su dimisión después de verse afectado por la polémica en torno al acuerdo financiero entre el banco Belfius, la filial belga resultante de la nacionalizada entidad francobelga Dexia, y ACW, la sección flamenca del Movimiento Obrero Cristiano (MOC).
En enero pasado Belfius adquirió por 110 millones de euros las participaciones de esas dos organizaciones en Belfius Assurance y Belfius Banque.
"El ministro de Finanzas mintió este fin de semana en el plató de (la cadena de televisión pública flamenca) VRT. Afirmó que el administrador de Belfius, Wouter Devriendt, no pertenecía a su gabinete. Doce horas mas tarde confirmó que Devriendt tenía una oficina y una dirección de correo electrónico en su gabinete", publicó hoy el diario francófono Le Soir.
La misma fuente se refirió a las sucesivas revelaciones en torno a ese acuerdo y sobre el que ha habido "acusaciones de fraude fiscal y que ACW recurría a los intereses nocionales", una deducción fiscal para el capital a riesgo que permite la legislación de Bélgica.
Vanackere, en su declaración, afirma que "en los siete años que he sido ministro, me he dedicado a ejercer mi mandato de forma cuidadosa y concienzudamente, respetando las reglas de esta alta función".
Agregó que aunque en los últimos meses no se apartó de esa línea, sí ha sido consciente "de que esta actitud no ofrece protección alguna contra las insinuaciones injustas y las acusaciones malintencionadas".
El ya exministro belga de Finanzas reiteró haber ejercido su función de manera imparcial y en base a su pertenencia al movimiento de la democracia cristiana.
Con anterioridad Vanackere indicó que no estaba al tanto del acuerdo financiero entre ACW y Belfius, pero el rotativo flamenco De Morgen publicó que la Sociedad Federal de Participaciones e Inversiones le envió dos cartas con los detalles de ese pacto.
Según la agencia Belga, en el centro de la polémica en torno a ese caso está el hecho de que en la operación se fijara un tipo de interés del 1,5 % "entregado discretamente sobre una base del 6,25 % para remunerar un depósito a diez años del movimiento obrero", lo que algunos partidos, como el independentista flamenco N-VA, consideraron muy elevado.
La pasada semana los nacionalistas flamencos emitieron un comunicado en el que acusaban a Vanackere de "engañar al contribuyente".
Por su parte, el presidente del consejo de dirección de Belfius, Jos Clijsters, señaló la pasada semana que el acuerdo con ACW "era muy ventajoso" también para el Estado belga y el contribuyente, publicó Le Soir, y en audiencia parlamentaria, declaró que Vanackere "no intervino en ningún momento" en las negociaciones. EFE