Madrid, 28 abr (.).- El Banco Santander (MC:SAN) quiere que haya un gran acuerdo político para superar esta crisis y aboga por que el país salga "de forma segura" de la parálisis generada por el coronavirus y que lo haga "cuanto antes" para minimizar los efectos sobre la economía.
"Estamos en una crisis sanitaria y ésa es la prioridad", ha insistido el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, en la rueda de prensa telemática de los resultados del grupo, antes de añadir que cuando sea seguro hay que retomar la actividad
Además, quiere pensar que es posible que haya un acuerdo en la sociedad -los denominados nuevos pactos de La Moncloa- para poder hacer frente a esta crisis "profunda e intensa" que afecta a muchas personas y a las capacidades de las empresas.
El "número dos" de Ana Botín en el Santander ha defendido que en estos momentos hay que hacer una política intensa en el corto plazo para proteger las rentas de las familias y apoyar también a las empresas porque por ahí vendrá la recuperación económica.
En el caso del banco, Álvarez ha destacado que el Santander está volcado en ayudar a las empresas a salir de esta situación y también a las familias, junto con las medidas que adopta el Gobierno.
Sin embargo, ha subrayado, el Ejecutivo tendrá que ver cómo gestiona las finanzas públicas, y ha aclarado que el comentario no lo decía sólo por la renta básica sino por otras medidas, por lo que ha propuesto estudiar el impacto en su conjunto.
Sin ningún atisbo de crítica al Gobierno, ha defendido que las líneas de avales del ICO se deben ampliar y llegar a los 100.000 millones de euros porque sigue habiendo demanda de crédito, hay que recuperar el empleo y los empresarios son clave para conseguirlo.
También se ha mostrado optimista ante la posibilidad de que haya un acuerdo en Europa para evitar que una empresa se vea penalizada, por ejemplo por un mayor coste de la financiación, por estar erradicada en un país frente a otras compañías.
Cuando mira con cierta perspectiva a las medidas adoptadas en las últimas seis o siete semanas, aplaude las decisiones rápidas adoptadas por los supervisores bancarios para proporcionar liquidez y flexibilidad con los requisitos de capital, así como a los distintos gobiernos, pues cree que han sido "muy activos" e incluso han corregido sobre la marcha algunas cuestiones.