Washington, 3 jul (EFE).- El ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, afirmó hoy que a la reunión de este lunes en Nueva York no está previsto que acudan representantes de los llamados fondos buitre, sino que citará sólo a funcionarios argentinos y al mediador elegido para el diálogo entre ambas partes, Daniel Pollack.
"Ésta no va a ser una reunión con la otra parte, sino con el señor Pollack", dijo Kicillof en una conferencia de prensa al término de la reunión de cancilleres sobre Argentina en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Kicillof aseguró que la composición de la delegación argentina que viajará a Nueva York "está por determinar", a pesar de que el propio Pollack difundió poco antes un comunicado en el que anuncia los funcionarios con los que se reunirá.
Según Pollack, la comitiva argentina incluirá al subprocurador del Tesoro de la Nación, al secretario de Finanzas del Ministerio de Economía y al secretario Legal y Administrativo de esa misma cartera.
Kicillof indicó que Pollack "ha comenzado a interiorizarse sobre el tema" de la disputa entre Argentina y los acreedores que no entraron en los canjes de deuda en 2005 y 2010, y que el lunes podrá "conocer de boca de los funcionarios argentinos".
El abogado Pollack fue elegido el pasado 23 de junio por el juez Thomas Griesa para dirigir las negociaciones entre Argentina y los fondos de inversión especulativos que no se acogieron al canje, también conocidos como fondos buitre, después de que la Justicia federal de los EE.UU. ordenase al país pagar a los tenedores de deuda no reestructurada 1.500 millones de dólares.
El fallo del juez neoyorquino fue favorable a este grupo de fondos especulativos que no aceptaron las reestructuraciones de deuda planteadas por el país suramericano en 2005 y 2010 (canjes a los que se acogieron el 92 % de los acreedores), después de que la deuda argentina cayera en mora a finales de 2001, en medio de una severa crisis económica, política y social, y decidieran denunciar al Gobierno argentino en Estados Unidos.
La situación actual puede llevar a Argentina a una nueva suspensión de pagos ya que, según el Gobierno suramericano, el efecto dominó puede elevar el monto de pago más allá de 1.500 millones de dólares adeudados a los fondos rebeldes, liderados por NML Capital.
Argentina teme que los tres fondos que se inclinaron por la batalla legal y no por el canje podrían llevar a otros acreedores que no negociaron a tomar la vía legal y acabar exigiendo 15.000 millones de dólares.