Madrid, 17 sep (.).- El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha dicho este viernes que actualmente "no se dan las condiciones" para que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés en la zona del euro en 2023, como se ha publicado.
En una jornada organizada en Barcelona por la escuela de negocios IESE, el gobernador ha explicado que el precio del dinero -en el 0 % desde hace más de cuatro años- no subirá hasta que la inflación se sitúe por encima del 2 % y se perciba que se mantendrá así al menos durante los siguientes 18 meses.
El último de los factores determinantes será que la inflación subyacente -que mide la variación a corto plazo de algunos precios de consumo- también haya avanzado "lo suficiente", ha añadido Hernández de Cos, que no ha querido darle mucha importancia a esta posibilidad, que publica hoy el diario económico "Financial Times".
Sobre la composición de la política monetaria y los factores a tener en cuenta para reducir la posible desigualdad social que se relaciona con la existencia de los bajos tipos, ha asegurado que lo más relevante son los argumentos teóricos que están detrás de esa afirmación, como la demografía y la productividad.
La baja productividad supone poco crecimiento futuro de la economía, ha recordado.
El gobernador ha puesto en duda que la política monetaria genere un efecto negativo sobre la desigualdad y sobre la renta y ha insistido en que las decisiones del BCE en este sentido en los últimos diez años han sido "absolutamente fundamentales" para luchar contra un potencial aumento de la desigualdad.
Es cierto que la desigualdad ha aumentado, pero hubiera sido mucho por si el BCE no hubiera actuado como lo hizo con los tipos de interés y el resto de su política monetaria.
Y en el caso concreto de la economía de España esto es "particularmente cierto" por su elevada correlación entre la desigualdad y la tasa de paro.
Preguntado por el euro digital que el BCE está estudiando sacar, ha asegurado que lo más importante es tener muy claras las consecuencias que tendría para la política monetaria y, sobre todo, para la estabilidad financiera, que es "fundamental" para la estabilidad macroeconómica.
Si los hogares y otros agentes económicos como las empresas pudieran abrir una cuenta en el BCE, éste podría canalizar la ejecución de su política monetaria en estos agentes y "olvidarse" de bancos, lo que elevaría la eficacia de la política monetaria.
Pero ¿qué pasaría con la estabilidad financiera y con los depósitos de los bancos sobre todo en épocas de crisis? se ha preguntado el gobernador, que ha admitido que hay que establecer una serie de condiciones antes de acuñar un euro digital y no es un debate sencillo, por eso aún no está sobre la mesa del BCE.
Y además, se mostró "escéptico" con el argumento de que disponer de un euro digital facilite la vida a los ciudadanos, sobre todo si el actual sistema de pagos del sector privado funciona bien.
En cuanto a la reciente revisión de la estrategia del BCE y de su programa de compras de deuda de los países de la zona del euro, ha recordado que se hace cada trimestre y se decide la cuantía de las compras en función de la evolución de las condiciones de financiación.
También ha querido insistir en que el hecho de que el BCE haya anunciado una ligera reducción del volumen de compras no supone el inicio de una retirada de los estímulos económicos o "tappering", y ha señalado que la entidad europea aún no ha decidido cuándo finalizará el programa de apoyo debido a la crisis del coronavirus.