Madrid, 11 may (.).- El Banco de España observa indicios de un cierto endurecimiento de los criterios de aprobación y de algunas condiciones aplicadas a los préstamos para vivienda en un contexto marcado por la pandemia de coronavirus.
Tras el estallido de la crisis sanitaria, los criterios de aprobación de préstamos se habrían endurecido debido al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras, aunque la demanda de crédito ya mostraba cierta debilidad antes de la llegada del covid-19, según señala la entidad en un artículo, en el que pone de relieve el descenso de los tipos de interés en el mercado.
LA VIVIENDA NUEVA AMORTIGUA LAS CAÍDAS DE PRECIO
En comparación con otras crisis, los precios están mostrando una mayor resistencia a la baja, particularmente los de la vivienda nueva, que ha mostrado más dinamismo por los cambios en la demanda hacia aquellas de mayor tamaño y con espacios exteriores.
Con todo ello, en esta crisis el ajuste de los precios de la vivienda no está siendo tan intenso como en la anterior crisis financiera debido a un menor sobredimensionamiento del sector inmobiliario, a un menor endeudamiento de los implicados y a unos criterios de concesión de crédito más rigurosos, indica la entidad.
En términos reales, el precio de la vivienda nueva se sitúa casi un 10 % por debajo de los máximos de 2007 y, aunque la desaceleración es generalizada, la pérdida de dinamismo es mayor en zonas de la costa mediterránea y en las islas, afectadas por el frenazo del turismo.
En el mercado del alquiler, los precios han descendido en algunas áreas, revirtiendo los incrementos de años pasados y, según los distintos portales, es más notoria en Cataluña, Comunidad de Madrid y los archipiélagos.
CAMBIOS EN EL TIPO DE VIVIENDA
El artículo también constata que la pandemia ha propiciado cambios notorios en el tipo de vivienda demandada debido a las nuevas necesidades de las familias tras el confinamiento y el incremento del teletrabajo.
Las preferencias se orientan ahora a viviendas de mayor tamaño y con espacios exteriores y se observa un aumento de las compras de viviendas unifamiliares y un incremento de la superficie media, que han alcanzado máximos históricos en casi todas las modalidades.
EL IMPACTO DE LA PANDEMIA
La crisis sanitaria llegó cuando el ciclo inmobiliario se encontraba en una fase de madurez, con varios indicadores que evidenciaban una desaceleración, y aunque la actividad inmobiliaria se redujo intensamente los primeros meses de la pandemia, comenzó a recuperarse tras el verano, destaca el artículo.
En el caso de la afiliación, el sector de la edificación se está viendo menos perjudicado por la covid-19 que otros. Además, los indicadores de oferta muestran pérdida de dinamismo y por el lado de la demanda las compraventas se han reactivado, aunque con menor intensidad que la caída experimentada al principio del estado de alarma.
La evolución sigue condicionada a las limitaciones a la actividad, al descenso de la confianza de los hogares, al empeoramiento de sus perspectivas laborales y a su acceso a la financiación.
Por nacionalidad del comprador, las adquisiciones de ciudadanos extranjeros muestran una mayor debilidad que las compraventas de nacionales, debido a las mayores restricciones en los movimientos internacionales.