SANTANDER (Reuters) - Banco Santander (MC:SAN) tiene el objetivo de pagar un dividendo de 0,22 euros por acción con cargo a los resultados de 2017, lo que supondrá un incremento del 5 por ciento en comparación con 2016, dijo el viernes su presidenta Ana Botín.
En la junta general de accionistas del mayor banco español en Santander, Botín dijo que la intención de la entidad era pagar tres dividendos en efectivo y uno en efectivo o acciones, conocido como dividendo "scrip", con cargo a los resultados de este año.
El banco tiene previsto repartir en concepto de dividendo en efectivo entre el 30 y el 40 por ciento de su beneficio recurrente.
Ana Botín recortó el dividendo en 2015 desde 0,60 euros a 0,20 euros al tomar las riendas de la entidad tras el fallecimiento de su padre Emilio Botín.
En 2016, Santander subió el dividendo en un 5 por ciento y dijo que quiere seguir elevándolo solo de forma gradual para reforzar su balance.
Las acciones de Santander han subido un 60 por ciento el año pasado, duplicando el alza del 30 por ciento registrado por el índice de la banca europea, impulsado por la firmeza de su negocio en Brasil.
Mientras que el sector sigue acusando el entorno de tipos de interés ultrabajos, Botín dijo que el foco de atención del Santander era aumentar su cuota de mercado con crecimiento en las partidas de comisiones, seguros y fondos, que ofrecen unos retornos más estables.
"Contamos con una gran plataforma para seguir aumentando la rentabilidad. Si se cumplen las previsiones del FMI, 2017 será el primer año desde 2010 en el que la economía crecerá en nuestros 10 principales mercados", dijo la presidenta.
PROBLEMAS EN EEUU
Otra prioridad del banco será resolver los problemas de su filial en EEUU, que suspendió el año pasado por tercera vez consecutiva las pruebas de resistencia, dijo el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, para agregar que la entidad logró grandes avances el año pasado en su objetivo de cumplir con los requisitos.
"Sabemos lo que hay que hacer para competir con éxito", dijo Botín posteriormente en la junta.
En marzo, el banco prometió en un acuerdo fraguado con la Reserva Federal una mejora de la protección de sus clientes.
Santander había estado en el radar de los reguladores estadounidenses desde 2015, cuando fue amonestado por imponer comisiones injustas en sus préstamos para la compra de un coche.