Madrid, 4 dic (.).- El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha asegurado este lunes que el sector financiero de la zona del euro está en un momento de "fragilidad", debido, entre otras razones, al optimismo que muestran los mercados de renta variable al descontar un aterrizaje "suave" de la economía.
De Guindos se ha referido en especial al sector financiero no bancario, sobre todo los "hedge funds", que "se han apalancado mucho" y han tomado "muchos riesgos", por lo que si vuelve a ocurrir una situación "inesperada" como la crisis financiera de la pasada primavera, la situación será de "extrema vulnerabilidad".
Durante su intervención en unas jornadas organizadas por Prensa Ibérica, De Guindos ha insistido en que las entidades financieras de la zona del euro empezarán a remunerar a sus clientes de forma más generalizada por los depósitos a la vista en cuestión de "meses".
La rentabilidad del sector ha mejorado mucho, ha admitido, tras los eventos de la pasada primavera, pero existen dudas sobre la sostenibilidad de esta mejora, porque la desaceleración económica dejará sentir sus efectos antes o después, entre ellos un posible repunte de la morosidad, hasta ahora muy contenida.
Sobre el futuro de los tipos de interés en la zona euro, actualmente en el 4,5 %, De Guindos ha insistido en que si siguen altos durante un periodo de tiempo suficientemente largo acabarán convergiendo en los niveles que el BCE considera adecuados, el 2 %.
No obstante, ha destacado que la entidad con sede en Fráncfort toma sus decisiones sobre política monetaria con mucha prudencia y "reunión a reunión".
Según un reciente informe de estabilidad financiera, la zona del euro pasa por un momento de "estancamiento" y todo apunta a que se mantendrá en el cuarto trimestre del ejercicio, debido, ha recordado, a la pérdida de renta real de consumidores y familias, pues los sueldos crecen menos que la inflación.
La zona euro está en una encrucijada actualmente, con un nivel de incertidumbre "especialmente alto", por el escaso margen de maniobra que ofrece la política fiscal, ha dicho, aunque ha recordado que el buen funcionamiento del mercado laboral ha sido uno de los factores que ha evitado una "recesión profunda".
"En este entorno es más importante que nunca que la política económica sea predecible" y que la política fiscal sea "sostenible" y envía señales de estabilidad que animen a los inversores a seguir comprando deuda pública y a su vez dejar margen para inversiones en digitalización y descarbonización.
"Es importante enviar señales de que la ratio deuda PIB se va a reducir", así como los déficits estructurales, ha añadido.
Hace un año la inflación superaba el 10 % y ahora está más cerca del 2,4 % y la subyacente, en el 3,6 %, lo que apunta a una desaceleración generalizada de los precios, aunque no sería conveniente "cantar victoria", pues hay factores como la retirada de medidas de los gobiernos para afrontar el shock energético pueden tener efecto inflacionistas.