MADRID (Reuters) - Caixabank (MC:CABK) mejoró su beneficio en un 61 por ciento en 2017 gracias a la integración de la portuguesa BPI (LS:BBPI), pero no cumplió las previsiones de los analistas por una carga extraordinaria en el cuarto trimestre ligado al deterioro de valor de su participación indirecta en la entidad angoleña BFA.
El beneficio neto alcanzó los 1.684 millones de euros en el conjunto del año tras consolidar desde febrero BPI, que le ha aportado 176 millones de euros.
En un contexto de bajos tipos de interés, el margen de intereses - la diferencia entre lo que el banco cobra por los préstamos y paga por los depósitos - mejoró un 14,2 por ciento hasta 4.746 millones.
Los analistas consultados por Reuters esperaban de media un beneficio de 1.840 millones de euros y un margen de intereses de 4.741 millones de euros.
Sin tener en cuenta la contribución de BPI, el beneficio neto de Caixabank habría subido un 44 por ciento frente al año anterior, mientras que el margen de intereses habría subido un 5 por ciento.
En una presentación de sus cuentas, Caixabank dijo que para 2018 esperaba un aumento del margen de intereses de entre el 2 y el 3 por ciento y reiteró su objetivo de alcanzar un ratio de rentabilidad ROTE de entre el 9 y el 11 por ciento tras cerrar el pasado año con un ROTE del 8,4 por ciento.
A las 1225 horas, las acciones de Caixabank eran las segundas que más caían en el Ibex-35, un 2,45 por ciento, mientras el selectivo español se dejaba un 1,2 por ciento.
Los títulos de Caixabank han sido, junto con los de Sabadell (MC:SABE) y Bankinter (MC:BKT), los que más se han revalorizado desde el inicio del año en el selectivo español, tras una deriva independentista en Cataluña que penalizó el año pasado a los valores expuestos a la rica región mediterránea y que obligó a miles de empresas, entre ellas la propia Caixabank, a trasladar su sede social fuera de Cataluña.
Después de que en octubre la entidad notara salidas moderadas de depósitos por la crisis catalana, el grupo cerró el cuarto trimestre del año con una bajada del 0,2 por ciento de los recursos de clientes frente al trimestre anterior.
El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, calificó esta caída de "inmaterial" y dijo que las cuentas anuales reflejan que se ha estabilizado y revertido esa situación.
"En la foto de fin de año vemos que los vaivenes del mes de octubre quedan completamente superados", dijo Gortázar en una rueda de prensa para presentar las cuentas anuales.
El grupo cerró el año con un aumento de recursos de clientes del 15 por ciento a 349.458 millones de euros, un alza que se limita al 3,5 por ciento sin tener en cuenta la contribución de BPI.
ESTUDIA DESINVERTIR EN BFA
Caixabank, que posee a través de BPI un 48 por ciento de la entidad angoleña BFA, dijo el viernes que tiene como objetivo reducir su participación en el banco angoleño y que ha explorado opciones para ello.
Precisamente el deterioro del valor de la participación en BFA supuso el grueso de un impacto negativo extraordinario de 90 millones de euros en las cuentas de Caixabank del cuarto trimestre, que arrojaron un beneficio neto de 196 millones.
La cifra supone una bajada del 70 por ciento frente al trimestre anterior y quedó por debajo de los 353 millones que esperaban los analistas consultados por Reuters, lo que según analistas motivaba la reacción negativa en bolsa.
Sin embargo, la cifra más que duplicó la registrado en el mismo periodo de 2016, cuando el banco tuvo que realizar fuertes provisiones por las cláusulas suelo.
La ratio de morosidad al cierre del año se redujo al 6 por ciento desde el 6,4 por ciento a septiembre y la ratio de cobertura se situó en el 50 por ciento, misma cifra que en septiembre.
Las pérdidas por deterioro de activos financieros se situaron en 799 millones de euros mientras que la partida de otras dotaciones a provisiones ascendió a 912 millones de euros asociados a prejubilaciones y al saneamiento de la exposición en Sareb.
El grupo confía en que este año hay mejores perspectivas para el negocio bancario, que actualmente se ve atenazado en Europa por un entorno de bajos tipos de interés.
"No es razonable pensar que los tipos de interés vayan a seguir en tipos tan bajos como los actuales de forma indefinida", dijo el presidente del grupo, Jordi Gual.