Berlín, 17 oct (EFE).- El Gobierno alemán negó hoy que mantenga importantes diferencias con el Ejecutivo francés de cara a la cumbre europea que arranca mañana, en la que se deben perfilar las herramientas para salir de la crisis de la deuda.
En un encuentro rutinario con medios de comunicación, el portavoz del Ministerio de Finanzas, Martin Kotthaus, aseguró que Berlín y París no mantienen "grandes diferencias" en ninguno de los principales temas a debatir en el encuentro de Bruselas.
Kotthaus subrayó que fueron ambos gobiernos los que relanzaron recientemente la introducción del impuesto a las transacciones financieras, y que hay "cero disenso" entre ellos en torno a la necesidad de contar con un supervisor bancario común.
El portavoz entró en detalles y destacó que Berlín es favorable a que el supervisor común, bajo paraguas del Banco Central Europeo (BCE), empiece a funcionar "tan pronto como sea posible", pero subrayó que "hay que ser precavidos".
"No hay que anteponer la prisa a la calidad", afirmó Kotthaus haciéndose eco de las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, que recientemente resumió su postura a este respecto con la afirmación: "La calidad es más importante que la velocidad".
El portavoz ministerial añadió que primero debe definirse el funcionamiento del supervisor bancario, lo que llevará hasta finales de año, y luego ponerlo en marcha.
El presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró recientemente que este nuevo organismo podría estar a pleno rendimiento a principios de 2014, coincidiendo así en gran medida con los planteamientos alemanes.
Al ser interrogado al respecto, Kotthaus explicó que "la postura alemana no ha cambiado" en lo relativo a la colectivización parcial de la deuda pública en Europa y que Berlín se sigue oponiendo tajantemente a los eurobonos, los denominados "eurobills" y el propuesto y contestado fondo común de amortización de la deuda.
"Nuestra posición es conocida", apostilló sobre este asunto, uno de los principales en los que no coinciden Berlín y París, ya que este último aboga por introducir los eurobonos. EFE