Washington, 27 abr (EFE).- La compañía aeronáutica Boeing informó hoy del pedido de 20 aviones 777-300ER por parte de China Eastern Airlines, por un valor aproximado de 6.000 millones de dólares.
"China Eastern Airlines es un apreciado cliente de Boeing, y estamos encantados de que haya decidido unir los 777 a su flota en expansión", afirmó Ihssane Mounir, vicepresidente de Ventas y Marketing para China y Corea de Boeing, en un comunicado.
El acuerdo con la segunda compañía aérea china aún debe recibir el visto bueno por parte del Gobierno de Pekín, informó la compañía estadounidense con sede en Seattle, tras el cual ya podrá incluir en su lista de pedidos a China Eastern.
La operación se enmarca dentro de la estrategia de Boeing de aumentar sus presencia en Asia y China, considerado el mercado más dinámico en la aviación comercial.
El modelo 777-300ER tiene una capacidad de 365 pasajeros y está especialmente diseñado para vuelos de largo recorrido sin escalas, con una autonomía máxima de 14.685 kilómetros.
Además, el anuncio coincide con la batalla comercial entre los dos grandes constructores aeronáuticos mundiales, Boeing y la europea Airbus, y los recelos de China ante una reciente directiva de la Unión Europea (UE) sobre el comercio de emisiones contaminantes.
En febrero el regulador chino de la aviación civil anunció que había prohibido a sus compañías aéreas cumplir con la normativa europea que obliga al pago de una tasa equivalente al 15 % de las emisiones de CO2 que lancen a la atmósfera, para luchar contra la contaminación del medio ambiente.
Por su parte, y ante el temor de que China bloquee las compras previstas de 10 aviones Airbus por 12.000 millones de dólares, el consejero delegado de la Sociedad Europea Aeroespacial y de Defensa (EADS), Louis Gallois, instó a la UE en marzo a buscar una solución negociada para reducir las exigencias de la normativa, respaldada por el Tribunal Europeo de Justicia.
A la nueva tasa europea se oponen, además de China, también Estados Unidos y Rusia, que consideran que no se ajusta a las regulaciones internacionales. EFE