Río de Janeiro, 4 abr (.).- El Gobierno brasileño implantó una nueva política de incentivo a las exportaciones de sus fabricantes de armas y equipos militares para aprovechar un mercado mundial en expansión, afirmó hoy el ministro de Defensa de Brasil, Raúl Jungmann.
"El mercado mundial de defensa actualmente está en expansión y por eso Brasil necesita mejorar las condiciones de competitividad de sus fabricantes en el exterior", afirmó el ministro en un desayuno con un grupo de corresponsales extranjeros, entre ellos Efe.
La nueva política busca facilitar la venta a otros países de productos brasileños que tienen gran potencial comercial, como el carguero militar KC-390 desarrollado por el fabricante de aviones Embraer (SA:EMBR3) y que puede heredar el mercado que han dejado los Hércules.
Una de las principales bases de la nueva política de incentivo a esa industria es la línea de crédito anunciada el martes por el ministro de Defensa y con la que el Gobierno ofrecerá financiación a los países interesados en adquirir equipos militares brasileños.
La línea será ofrecida por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), entidad de fomento del Gobierno brasileño, y prevé la concesión de préstamos a 25 años con 5 años de carencia. Los interesados podrán financiar hasta el 100 % del valor del equipo de defensa adquirido.
La presidenta del BNDES, María Silvia Bastos, calcula que Brasil podrá ofrecer 35.000 millones de dólares en créditos en los próximos 20 años pese a que "no hay restricciones en el presupuesto".
Pero la política de incentivo también incluye la oferta de garantías soberanas y seguros a los compradores, la promoción comercial del sector por parte del Estado y la concesión de incentivos tributarios y económicos a las empresas del sector.
Según cifras oficiales, la actual crisis económica de Brasil, que completó dos años en recesión, también justifica una apuesta por la industria de defensa, que el año pasado generó 70.000 millones de dólares, tan sólo el 3,7 % del PIB nacional.