Río de Janeiro, 26 ene (.).- Brasil terminó 2017 con un déficit en sus transacciones con el exterior de 9.762 millones de dólares, el menor en los últimos diez años, y que fue financiado por la inversión extranjera directa, que ascendió a 70.300 millones de dólares, informó hoy el Banco Central.
El llamado déficit de cuenta corriente de Brasil el año pasado fue en un 58,45 % inferior al de 2016 (23.500 millones de dólares) y el menor para un año desde 2007, cuando el país registró un superávit de 408 millones de dólares en sus transacciones con el exterior.
El saldo negativo el año pasado en la balanza que registra los recursos que el país envía al exterior y los que recibe de otros países tanto por comercio como por servicios y rentas fue equivalente al 0,48 % del producto interior bruto (PIB) de Brasil, según el organismo emisor.
El buen resultado reflejó la mejoría de la economía brasileña el año pasado tras su más profunda recesión en los dos años anteriores.
La economía de Brasil se retrajo un 3,5 % en 2015 y otro 3,6 % en 2016, con lo que encadenó dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930, pero, según las últimas previsiones, el PIB se recuperó en 2017 con un ligero crecimiento del 1,0 % y la recuperación proseguirá en 2018, para cuando se espera un expansión de cerca del 3,0 %.
Según el Banco Central, en el reducido déficit en cuenta corriente en 2017 contribuyó principalmente el abultado superávit en la balanza comercial el año pasado, que alcanzó un récord de 64.000 millones de dólares.
El organismo informó igualmente que la inversión extranjera directa recibida por Brasil, pese a que cayó desde 78.200 millones de dólares en 2016 hasta 70.300 millones de dólares en 2017, fue suficiente para financiar el déficit en las cuentas externas.
La previsión del Banco Central es que, con la economía en recuperación, los extranjeros sigan invirtiendo en Brasil este año y que la inversión extranjera directa se ubique en 80.000 millones de dólares en 2018.