Bruselas, 28 abr (.).- El Tribunal laboral de Bruselas celebró este miércoles el juicio entre la empresa Buendía Tours y Cristina Arnal, una guía española residente en la capital belga, en relación a su situación de “falsa autónoma” cuando trabajaba para la operadora, un caso que puede sentar precedente contra la llamada "uberización" de los trabajadores de este sector.
El litigio se inició hace dos años, cuando la empresa implicada denunció a Arnal y a la seguridad social belga después de que ésta hubiera determinado que la mujer debía ser reconocida como empleada contratada y no autónoma.
La española se presentó hoy ante la Corte belga para “demostrar que las condiciones de trabajo” por las que pasó constituían las de “una verdadera trabajadora contratada" y "no las de un 'freelance'”, detalló a Efe Leïla Lahssaini, abogada de Cristina Arnal.
"Espero que la jurisprudencia que se cree pueda ayudar a casos que vengan después, va a ser importante porque es una forma de precarización que cada vez tiene más espacio en más sectores”, dijo esta ex guía frente a la puerta de los juzgados y arropada por otros compañeros en su misma situación.
Buendía Tours está especializada en los conocidos como “free tours”, un modelo turístico en el que no existe un precio pactado entre la empresa y el cliente y éste paga al guía lo que considere al final del recorrido. En muchas ocasiones los guías que prestan sus servicios a las operadoras deben trabajar como autónomos.
Fue el caso de Cristina quien comenzó su relación laboral como autónoma con la operadora especializada en viajes para turistas de habla hispana en 2017, la cual organizaba los recorridos y reclutaba a clientes por internet a cambio de que ella pagara una cuota fija por cada uno de ellos independientemente de la cuantía de las propinas.
“Había un control muy claro, dictaban los precios e incluso a veces te seguían y te decían que no habías vendido suficiente”, cuenta esta guía originaria de Zaragoza.
En 2018 decidió presentar su caso ante la Comisión Administrativa de Reglamento de la Regulación de Trabajo (CRT), órgano dependiente de la Seguridad Social belga y encargado de evaluar a petición del interesado la regularidad de la situación profesional de los trabajadores, para demostrar que había una “relación de jerarquía” con la empresa implicada y de control en el desarrollo de su trabajo.
Un calendario de Google (NASDAQ:GOOGL) en el que adjudicaban las rutas a cada guía era el único "contrato" que le relacionaba con Buendía Tours y que sirvió, junto con capturas de conversaciones y correos electrónicos, para que la seguridad social belga sentenciara que la condición de Cristina era de “falsa autónoma”.
Tras la resolución, la empresa decidió prescindir de sus servicios y un año después emprendió acciones legales contra Cristina y el organismo belga alegando que la información aportada a la CRT era parcial.
Durante el juicio, la operadora se amparó en la máxima de que los guías “eran totalmente libres de hacer su trabajo” y que los trabajadores “eligieron libremente ser 'freelances'”, según la versión de la letrada.
Ahora su caso podría tener un impacto directo en el turismo en Bélgica y en los sectores profesionales que se han visto afectados por lo que definen como la “uberización” de la economía, en pleno debate sobre los derechos laborales de los trabajadores de las plataformas digitales.
“La resolución solo implicará a Cristina, pero la idea es que puede conseguir que otros guías acudan a los tribunales”, explicó la abogada al termino de la audiencia.
El juicio quedó hoy visto para sentencia, prevista el próximo 23 de junio.