Santander (MC:SAN), 21 jun (.).- La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha dicho este lunes que "no es positivo plantear el futuro de un sector", como el de banca, "solo sobre la base de la reducción de su tamaño, de empleados y de oficinas".
Calviño, que ha participado en la jornada inaugural del curso de la UIMP "Perspectivas de la economía española y europea ante la nueva realidad", que organiza la APIE, ha indicado que no solo hay que pensar en esas reducciones de tamaño, sino también "abrir una agenda" para expandir nuevas oportunidades de negocio que van a surgir.
La vicepresidenta segunda se ha felicitado, no obstante, porque los procesos de reestructuración de los bancos se estén haciendo de forma negociada, que se esté reduciendo el número de bajas y que se vaya a que sean voluntarias.
"Esa es la línea de negociación correcta para abordar estos procesos", ha dicho Calviño, que, preguntada por las negociaciones para el ERE de CaixaBank (MC:CABK), ha indicado que la intención de los directivos es llegar a un acuerdo y que espera que se llegue a una solución negociada con los representantes de los trabajadores.
El presidente del BBVA (MC:BBVA), Carlos Torres Vila, que ha compartido con Calviño la jornada inaugural, ha indicado que hay un proceso de reconversión debido a que el cliente se relaciona cada vez más con el bando de manera remota y digital, ante lo cual se van adaptado las capacidades físicas.
En su intervención inicial, Torres Vila ha explicado que con respecto a hace dos años las transacciones digitales se han más que duplicado, mientras que las que se hacen en la oficina han caído al 50 % en ese periodo.
Sobre la polémica que suscitan los salarios de los directivos de la banca mientras se acometen reducciones de plantilla, Torres Vila ha señalado que la actuación que han mantenido en el BBVA ha sido responsable, pero "todo es susceptible de mejorar y explicar mejor".
Ha apuntado, en este sentido, que las retribuciones de los directivos contienen muchos factores que no tienen que ver solo con la rentabilidad, sino también con la calidad de los servicios al cliente, la satisfacción de la plantilla o la consecución de los objetivos de descarbonización, por poner unos ejemplos.
LA SAREB, UNA HERENCIA DEL PASADO
En la sesión inaugural del seminario, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se ha referido, a preguntas de los periodistas, a la Sareb, conocida como el "banco malo".
Calviño, que ha recordado que la Sareb suma 35.000 millones de deuda pública y 9.000 millones de déficit, ha definido a esta sociedad, que asumió los activos tóxicos -entre ellos inmuebles y carteras de créditos- procedentes de la reestructuración bancaria, como una "herencia de la crisis financiera" y refleja la respuesta que el Gobierno de entonces dio a la crisis.
Ha indicado que ahora el Ejecutivo se plantea cómo mejorar el funcionamiento de la Sareb de cara al futuro y ver cómo se pueden recuperar las "ingentes ayudas que se dieron para salvar al sector financiero".
En este sentido, ha dicho que se va a diseñar un plan financiero que "sea lo más positivo de cara a los próximos años" y se está reflexionando sobre cuál debe ser la estrategia de ahora en adelante para la entidad.
Respecto al aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), ha insistido en que el Gobierno está comprometido con que alcance el 60 % del salario medio en el curso de la legislatura, pero sin poner en riesgo la recuperación económica, que incluye la reincorporación de los trabajadores que están aún en un ERTE o los que perdieron su empleo y no lo han recuperado desde la primavera pasada.
Calviño también se ha referido a la reducción de la deuda sobre el PIB y ha dicho que espera que el intenso crecimiento económico previsto permita corregir los actuales indicadores, al tiempo que ha indicado que, pese al incremento de los precios que ha habido y que se va a mantener en los próximos meses por los costes energéticos o el repunte de la demanda, no hay una evolución al alza de la inflación subyacente.
La ministra ha señalado que, por ello, no se prevé ningún cambio en la política monetaria en Europa.