Londres, 23 ene (EFE).- El primer ministro británico, David Cameron, se comprometió hoy a consultar al Reino Unido sobre la permanencia o no del país en la Unión Europea (UE) y justificó esa decisión en "desafíos" económicos.
El líder conservador puso fin a meses de conjeturas al anunciar que buscará renegociar la relación del Reino Unido con la UE y que dejará en manos de los británicos la decisión final sobre si optan por permanecer o salir de la misma en una consulta que se celebrará antes de que concluya 2017, siempre y cuando gane las elecciones en 2015.
David Cameron justificó esta decisión en tres "desafíos" que, en su opinión, afrontan los países de la Unión: los problemas financieros en la eurozona, la falta de competitividad y la frustración que siente la gente ante la actual crisis.
Según Cameron, los pueblos están frustrados porque no pueden tomar decisiones y ven cómo baja su calidad de vida.
"Estamos empezando a ver esto en manifestaciones callejeras en Atenas, Madrid y Roma, y en los Parlamentos de Berlín, Helsinki y La Haya", destacó Cameron.
Dejó claro que quiere estar en la UE por los beneficios del mercado único, pero cree que la Unión debe someterse a una profunda reforma para que funcione con más flexibilidad y evite una mayor integración política.
Aseguró que no es "un británico aislacionista" pues defiende que el Reino Unido tenga un "papel comprometido y activo" en la UE, pero insistió, en varias ocasiones, en que el bloque debe cambiar y tener competitividad.
Será un "billete de ida" y "no uno de ida y vuelta", dijo Cameron, en un discurso muy esperado en Londres que ha provocado un debate muy acalorado dentro y fuera de las fronteras británicas.
La oposición laborista ha acusado al primer ministro de ceder a las presiones de la poderosa ala euroescéptica del Partido Conservador, que lleva décadas pidiendo un referéndum y que en el pasado hizo tambalear al Gobierno de John Major (1990-1997) y de casi todos los sucesivos líderes "tories".
"Está siendo empujado no por intereses nacionales, sino por su propio partido", afirmó el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, en una abarrotada Cámara de los Comunes.
Las críticas llegaron también del exprimer ministro laborista Tony Blair, que comparó la perspectiva de salir de la UE con amenazar con pegarse un "tiro en la cabeza", teniendo en cuenta las dificultades por las que atraviesan actualmente muchos países.
Tanto Miliband como el viceprimer ministro británico, el liberaldemócrata Nick Clegg, han coincidido en alertar de que la decisión tendrá consecuencias económicas para el Reino Unido, que este año cumple cuarenta años desde su entrada en el bloque europeo.
Para Miliband, cuya formación se opone a la convocatoria de un referéndum, la oferta de Cameron representa una "apuesta" arriesgada que causará "incertidumbre" en los próximos años.
En esta ocasión, el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg, se alineó con los laboristas al advertir de que la consulta perjudicará la economía y el empleo, y no es de interés nacional.
Por su parte, la City, el distrito financiero londinense y defensor de sus intereses, salió hoy al paso del discurso de Cameron con una reflexión, al indicar que el Reino Unido debe seguir siendo miembro del mercado único de la UE y tener acceso pleno al proceso de toma de decisiones que siente las normas para este mercado único.
En tal sentido, se considera que, aunque el Reino Unido no vaya a ser parte de la mayor integración que asumirán los países del euro, debe ser parte integral del proceso de toma de decisiones para modelarlo y evitar cualquier fragmentación del mercado único, que perjudicaría a la economía británica.
En su discurso, el primer ministro británico insistió en que en su futura renegociación de la relación con Bruselas, su prioridad será proteger ese espacio económico, del que depende en buena medida el progreso del país.
Esta garantía satisfizo de momento al Ayuntamiento de la City -distrito financiero de Londres-, la Confederación de la Industria (CBI, patronal) y la Asociación de Banqueros, temerosos de que las maniobras políticas de Cameron perjudiquen la economía británica y ahuyenten la inversión.
Aunque reacios a una mayor integración política y fiscal del Reino Unido en la UE, el mundo financiero y los empresarios son tajantes en que no se puede poner en riesgo la pertenencia al mercado único.
Cameron ofreció un calendario muy preciso sobre el plebiscito, que estará condicionado al triunfo de los conservadores en las próximas elecciones generales de 2015.
En su próximo programa electoral, los "tories" se comprometerán a convocar la consulta y, de ganar en las urnas, buscarán primero renegociar la relación del Reino Unido con la UE para que Londres pueda recuperar de Bruselas algunas competencias, que no especificó.
Después, Cameron consultará a los británicos -hacia 2017- en referéndum si quieren quedarse en la UE con el nuevo acuerdo negociado o si prefieren salir por completo del bloque europeo.
"Vamos a darle al pueblo británico un referéndum con una opción muy simple de estar o salir, de quedarse en la UE con estos nuevos términos o salir del todo", afirmó.
EFE
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(foto) (audio) (informe a cámara)