Río de Janeiro, 1 nov (.).- La huelga convocada por los camioneros desde este lunes en Brasil se limitó a protestas de algunos conductores autónomos en contadas regiones pero sin el corte de carreteras con el que prometían volver a paralizar el país como lo hicieron en mayo de 2018.
Según un comunicado del Ministerio de Infraestructura, hasta el mediodía no había registros de bloqueos parciales o totales en ninguna carretera de Brasil o en puntos logísticos estratégicos.
La Policía Federal de Carreteras, por su parte, informó de que los camioneros sólo habían conseguido una concentración importante, detectada en un tramo de la carretera que comunica a Río de Janeiro con Sao Paulo, las dos mayores ciudades del país, pero que los manifestantes andaban en caravana sin bloquear la vía.
El aparente fracaso de la huelga convocada por los diferentes sindicatos de camioneros para protestar por los constantes aumentos de los combustibles en Brasil obedeció tanto a la división de las asociaciones de conductores como a las 29 cautelares dictadas por tribunales a petición del Gobierno y que prohíben el bloqueo de vías importantes en 20 de los 27 estados del país.
El temor del Gobierno era que Brasil volviera a vivir una situación de emergencia como la de mayo de 2018, cuando una huelga de camioneros, también por el alza del precio de los combustibles, paralizó el país por once días y desencadenó una grave crisis de desabastecimiento de carburantes, alimentos y productos de primera necesidad.
Los líderes de los sindicatos de camioneros admitieron que la convocatoria tuvo baja adhesión pero que han presentado recursos ante la Justicia para intentar derribar las cautelares obtenidas por el Gobierno y que prohíben los bloqueos, así como estudian la posibilidad de establecer una nueva fecha para la protesta.
La baja adhesión a la huelga obedeció a que la paralización tan sólo fue secundada por los camioneros autónomos ya que los que trabajan para empresas transportistas no obtuvieron el respaldo de sus patrones.
"No hay bloqueos ni grandes concentraciones, pero vemos pocos camiones rodando por las carreteras y mantendremos la huelga hasta que el Gobierno atienda nuestras reivindicaciones", afirmó el presidente de la Asociación Brasileña de Conductores de Vehículos Automotores (Abrava), Wallace Landim, uno de los principales líderes de la huelga de mayo de 2018.
Según el dirigente de los camioneros autónomos, el precio de los combustibles ha aumentado cerca del 40 % en el último año en Brasil y ese precio lo están pagando los transportadores sin poder repasarlo a las empresas que contratan los fletes.
"El conductor autónomo no está trabajando. Los que están rodando en las carreteras son los camioneros que tienen contratos formales con sus empresas. El 95 % de los autónomos paró. Seguiremos de brazos cruzados", dijo el presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores en Transporte y Logística, Carlos Alberto Liti Dahmer.
Los camioneros en huelga exigen del Gobierno un cambio en la política de precios de los combustibles establecida por la petrolera estatal Petrobras (NYSE:PBR), que establece el precio de la gasolina y el diesel en el país de acuerdo con las alteraciones del mercado internacional.
Como la cotización del petróleo ha crecido en los últimos meses en todo el mundo, Petrobras viene elevando gradualmente el precio de los combustibles en Brasil.
Principal blanco de críticas por esa política de precios, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó que no puede intervenir en la Petrobras y que la empresa tan sólo le da "dolores de cabeza", por lo que reafirmó su predisposición a que la petrolera pueda ser incluida en el programa de privatizaciones.
El líder ultraderechista llegó a anunciar en octubre la distribución de subsidios a 750.000 camioneros para compensar las subidas de los combustibles, pero los conductores rechazaron el paliativo y dijeron querer una solución definitiva.