José Álvarez
Shanghái (China), 4 jul (EFE).- El Consejo de Estado (Ejecutivo) ha dado finalmente su aprobación para que Shanghái, la capital económica y financiera de facto de China, se consolide como el principal motor de la economía del país, con la construcción de su primera zona de libre comercio, aparte de Hong Kong.
La creación de este "mini-Hong Kong" en territorio shanghainés, como ha llamado al proyecto la propia prensa de la ex colonia británica, será una muestra de una futura "economía china mejorada", según el comunicado con que el Ejecutivo chino anunció la medida, tras una reunión presidida por el primer ministro Li Keqiang.
Según recoge hoy el diario oficial "Shanghai Daily", este plan es un paso crucial para adaptar el desarrollo chino a la economía mundial y profundizar en sus relaciones comerciales, así como en una estrategia de apertura económica internacional más activa.
"Esta aprobación ayudará a que China gane nuevas ventajas en la competencia mundial", así como a "construir una nueva plataforma para la cooperación económica con otros países que allanará el camino para un crecimiento económico todavía mayor", anunció el comunicado.
Shanghái, que cuenta ya con el puerto mercante más activo del mundo, tendrá así la primera zona de este tipo en territorio continental chino bajo el Convenio de Kioto.
Así se conoce a la Convención Internacional para la Simplificación y la Armonización de los Procedimientos Aduaneros, de 1974, que establece que en una zona de libre comercio se puede depositar, manejar, fabricar, reconfigurar y volver a exportar productos sin la intervención de las autoridades aduaneras locales.
Shanghái ya tenía cuatro zonas francas para depositar, manejar y almacenar sin trámites aduaneros en sus instalaciones portuarias de Waigaoqiao y Yangshan y sus aeropuertos de Hongqiao y Pudong, cuya experiencia e instalaciones serán aprovechadas para el diseño de la nueva zona, que se planea preparar durante los próximos tres años.
China se ha fijado el objetivo de que Shanghái se convierta en uno de los principales centros comerciales, financieros y logísticos del mundo para 2020, con un funcionamiento en todos estos sectores de acuerdo a los estándares internacionales y una influencia mundial comparable a las que tienen Nueva York, Londres o Hong Kong.
Aunque se empezó a hablar de estos planes en 2009, en realidad fueron avanzando bajo cierta resistencia desde Pekín a soltar mucho más las riendas del crecimiento financiero de Shanghái.
La llegada a la presidencia de Xi Jinping, al que se tiene por mucho más a favor del desarrollo libre del potencial económico y financiero de Shanghái, y que llegó a liderar brevemente durante 2007 el Partido Comunista de China (PCCh) en la metrópoli, parece haber dado un nuevo impulso al proyecto.
De hecho, hace un par de semanas Fang Xinghai, el principal diseñador de los planes para que Shanghái supere a Hong Kong en peso económico mundial y se convierta en un polo económico de Asia hacia 2020, fue promovido a Pekín como asesor del Comité Central del PCCh.
También el nuevo alcalde de Shanghái, Yang Xiong, nombrado en marzo al igual que Xi, defiende el proyecto, ya que encabezó durante años el organismo que gestiona sus cuatro zonas francas actuales.
La creación de la nueva zona puede ayudar también a revitalizar la economía de Shanghái, cuyo crecimiento se ha ralentizado aunque es aún un motor crucial del desarrollo del país, señala hoy el diario hongkongués "South China Morning Post", que atribuye hoy a la noticia más importancia que los propios medios shanghaineses.
Para su puesta en marcha, Shanghái utilizará sus cuatro zonas francas, que actualizará y expandirá para que la zona de libre comercio cobre forma y con el tiempo pueda abarcar un amplio territorio de la ciudad, en el que se lleve a cabo una liberalización financiera cada vez mayor.
De hecho, el subdirector de la Oficina de Servicios Financieros de Shanghái, Xu Quan, adelantó la semana pasada que, si recibía la luz verde de Pekín, la nueva zona de libre comercio aplicaría reformas de los tipos de interés y de los mecanismos de tipo cambiario de China dentro de sus límites. EFE