Pekín, 14 jun (.).- China expresó este viernes su "firme oposición" a la decisión de Turquía de imponer un arancel adicional del 40 % a todos los coches con motor de combustión o híbridos fabricados en China, al tiempo que instaba a Ankara a "cancelar inmediatamente" su implementación.
El Ministerio de Comercio de China explicó en un comunicado que las autoridades chinas ya "han presentado numerosas protestas ante Turquía en contra de estas medidas", que considera "discriminatorias contra los productos chinos y en violación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".
"La imposición de estos aranceles adicionales no solo perjudica a las empresas colaboradoras de ambos países y a los consumidores locales en Turquía, sino que también aumenta la preocupación de las empresas chinas sobre el entorno comercial en Turquía y socava su confianza para invertir en el país", advirtió la cartera, que criticó además las "políticas en constante cambio" propuestas por las autoridades turcas.
El Ministerio instó a Ankara a "cancelar inmediatamente las medidas arancelarias discriminatorias" y a "trabajar de forma conjunta para promover un desarrollo saludable de las relaciones económicas y comerciales bilaterales".
La institución advirtió asimismo de que "tomará las medidas necesarias para proteger los derechos legítimos de sus empresas y mantener la equidad en el comercio internacional".
El Ministerio de Comercio turco explicó la semana pasada que los aranceles, que entrarán en vigor el próximo 8 de julio, pretenden impulsar la participación de vehículos de fabricación local en el mercado turco y proteger las inversiones en el sector.
Turquía ocupa la decimotercera posición entre los países fabricantes de automóviles del mundo, con 1,3 millones de unidades en 2022, de los que unos 800.000 eran coches, la mayoría modelos bajo licencia de grandes marcas europeas, y 500.000 vehículos comerciales.
La disputa comercial entre Ankara y Pekín se produce en un momento en el que la Comisión Europea (CE) también anunció aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, una decisión criticada por las autoridades y las empresas chinas.
El Ejecutivo comunitario basó su decisión en los resultados preliminares de una investigación tras la que se llegó a la conclusión de que la cadena de suministro de vehículos eléctricos del país asiático se "beneficia, en gran medida de subvenciones injustas en China" que "presentan una amenaza claramente previsible e inminente a la industria de la UE".