Ingrid Haack
Atenas, 11 feb (EFE).- Chipre llega a las elecciones presidenciales pendiente de un rescate financiero internacional, pero con la esperanza puesta en que sus reservas de gas se conviertan a medio plazo en la clave para salir de la peor crisis económica de su historia.
En 2019, Chipre estará en condiciones de cubrir el 10 % de las necesidades energéticas europeas, aseguraba recientemente el presidente de la compañía nacional de hidrocarburos, Chales Ellinas, en una entrevista.
De momento está cifra no deja de ser hipotética, pues todavía son muchos los escollos que quedan por superar, tanto a nivel tecnológico como geopolítico -las disputas territoriales de las aguas del Mediterráneo son muchas, sobre todo con Turquía, que mantiene ocupada desde 1974 la mitad norte de la isla y no reconoce la zona económica exclusiva del sur.
Sin embargo, las prospecciones realizadas hasta la fecha no dejan de ser alentadoras: sólo el yacimiento "Afrodita" o bloque 12 en la plataforma continental de Chipre ha resultado ser el más grande de los descubiertos en los últimos años.
En noviembre de 2011, la compañía estadounidense Noble Energy of Texas anunciaba que tan solo en el citado bloque se encontraban 250.000 millones de metros cúbicos de gas.
Los cálculos más cautelosos partían de que la mitad bastaría para cubrir las necesidades de un millón de isleños durante 100 a 200 años.
Las reservas totales en la plataforma continental chipriota podrían alcanzar, según las autoridades chipriotas, hasta 3,4 billones de metros cúbicos.
Desde el primer hallazgo hace algo más de un año, el Gobierno de Chipre ha cerrado acuerdos de exploración con la italiana ENI, la surcoreana Kogas y la francesa Total, pero son en total 30 empresas de 15 países las interesadas en participar en el concurso público para las perforaciones de prueba.
Los hallazgos actuales de gas -también hay yacimientos de petróleo en todo el Mediterráneo oriental- podrían traducirse, según los analistas, en ingresos de 1.000 millones de euros anuales.
El problema es que estos ingresos son a futuro, y Chipre tiene unas necesidades económicas inmediatas calculadas en 17.500 millones de euros, lo que equivale a la totalidad de su producto interior bruto.
De esos 17.500 millones de euros, 10.000 millones serían para recapitalizar la banca chipriota, que por estar muy expuesta a la deuda de Grecia, sufrió pérdidas de 4.500 millones de euros con motivo de la quita del país vecino.
Aunque las negociaciones con la troika formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional todavía no han concluido, hasta los socios más críticos con la gobernanza económica de Chipre, como Alemania, son conscientes de la importancia estratégica de la isla para el conjunto de la Unión Europea.
En una reciente visita a Atenas, el candidato socialdemócrata a la Cancillería alemana, Peer Seinbrück, insistía en condicionar la ayuda a una serie de criterios, como la lucha contra el lavado de dinero o la reestructuración de una banca "sobredimensionada", pero reconocía la importancia de la isla para la UE.
Steinbrück no solo expresó su temor de que un abandono de Chipre por parte de sus socios podría llevar a una nueva "infección" de los socios más debilitados, sino aludió a la importancia energética de este socio.
Más explícito fue el secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López-Istúriz, quien en una entrevista con Efe en Limassol, dijo que la posibilidad de que Chipre se convierta en una fuente de riqueza energética supone un alivio para la UE, porque la haría independiente del extrarradio comunitario, particularmente de Rusia.
El candidato conservador a la presidencia de Chipre, Nikos Anastasiadis, considerado el aspirante con las mayores posibilidades de ganar el próximo domingo, confía en que Europa sabrá apreciar el potencial de su país.
Los hallazgos encontrados hasta ahora y la firma con varias compañías para la exploración y explotación de gas convertirían a Chipre en una fuente de riqueza energética, señaló Anastasiadis en una entrevista con Efe en Chipre.
"Eso sería un alivio no sólo para Chipre sino también para la Unión Europea", subrayó.