Bruselas, 11 jul (EFE).- Chipre espera cerrar en septiembre la asistencia financiera que está negociando con sus socios europeos y estaría satisfecho con unas condiciones en la línea de las obtenidas por España, según han dicho a Efe fuentes diplomáticas de ese país.
El calendario concuerda con el anunciado ayer por el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien aseguró que las negociaciones con el gobierno de Nicosia deberían concluir a principios de septiembre.
Juncker anunció además que se prevé la posible celebración de una reunión extraordinaria del Eurogrupo en esas fechas, antes del encuentro informal que los ministros de Finanzas celebrarán el día 14 precisamente en Chipre, país que ocupa la Presidencia semestral de la Unión.
En un principio el encuentro sería independiente del rescate chipriota, pero las fuentes consultadas señalan que es muy probable que la cita sea utilizada para cerrar ese programa.
Por ahora, la "troika" formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llevado a cabo una primera visita a la isla para evaluar las cuentas chipriotas.
Los inspectores regresarán aún a Chipre para negociar el programa de asistencia y fijar definitivamente la cifra que se concederá.
Nicosia ha solicitado un préstamo de 5.000 millones de euros a Rusia, ayuda que pretende combinar con la europea.
Según diversas fuentes, las necesidades del país podrían alcanzar hasta 10.000 millones de euros, la mitad de su Producto Interior Bruto (PIB).
Según fuentes diplomáticas, Chipre buscará obtener unas condiciones en la línea de las negociadas con España para su préstamo para la recapitalización de la banca.
Sin embargo, parece difícil que esas pretensiones puedan cumplirse, pues la eurozona y el FMI han determinado que el rescate chipriota deberá ser completo y no circunscribirse a los bancos como en el caso español.
El modelo, a priori, sería por consiguiente el de Grecia, Irlanda y Portugal, que aceptaron a cambio de la ayuda unas condiciones más estrictas y un control de su economía más claro por parte de Europa. EFE