Barcelona, 7 may (.).- La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés) ha cifrado este domingo en 256 millones de euros, entre inversión pública y privada, la reordenación de los cruceros en Barcelona con base en el acuerdo de 2018 entre el Puerto de Barcelona y el gobierno municipal.
CLIA ha emitido este comunicado después de que esta semana el Ayuntamiento de la ciudad, capitaneado por Ada Colau, haya reclamado eliminar dos terminales de cruceros (una de ellas todavía por construir), pese al citado acuerdo de 2018, que limita a siete las terminales.
"En su momento, el Ayuntamiento celebró este pacto al considerar que ponía techo al crecimiento de la actividad de los cruceros, ya que de las ocho terminales y nueve barcos se pasaría a siete terminales y siete barcos", señala el director de CLIA en España, Alfredo Serrano.
También apunta que la pandemia ha imposibilitado ver los efectos de ese acuerdo entre Puerto y Ayuntamiento, por lo que "parece razonable que, ahora que empieza normalizarse la situación, demos tiempo a implementar este compromiso".
"Debemos elegir si apostamos por debates estériles que no llevan a ningún lado o transformamos Barcelona en un modelo de éxito en materia de gestión turística de los cruceros y un ejemplo para otros destinos. La industria tiene muy claro la opción por la que se decanta", defiende Serrano.
CLIA aprovecha para poner en contexto datos sobre lo contaminante que es esta actividad: "solo es el responsable del 0,7 % de las inmisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y el 0,16 % de las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5)", indica tomando como referencia estimaciones del Puerto de Barcelona.
Agrega que el proceso de electrificación de los muelles en el que está inmerso el Puerto debe reducir estas externalidades, puesto que "actualmente el 40 % de la flota mundial de cruceros ya está equipada con los sistemas necesarios para conectarse a la red eléctrica, un porcentaje que llegará al 75 % en 2028".
Por otro lado, esta asociación subraya el creciente uso de Gas Natural (BME:NTGY) Licuado (GNL) por parte de los cruceros: "se estima que un 35 % de los turistas de crucero que lleguen a Barcelona a lo largo de 2023 lo harán en barcos propulsados por este combustible, que posibilita una reducción casi total de las emisiones de las partículas en suspensión y de óxidos de nitrógeno y de azufre".
Con relación al consumo de agua por crucerista, en un contexto de sequía en Cataluña, indica que "el 80 % de los barcos de crucero que atracan en Barcelona se autoabastecen de agua, ya que están equipados con plantas desalinizadoras".
Por otro lado, CLIA destaca que Barcelona es cada vez más un puerto base (es decir, de salida y llegada del crucero), pues el 58 % de los movimientos previstos para 2023 son de este tipo.
"Se trata de un tipo de pasajero que acostumbra a pasar dos o tres días en Barcelona antes de embarcar o después de desembarcar, que suele alojarse en hoteles de cuatro estrellas o de una categoría superior y que realiza un gasto diario por persona ostensiblemente superior al promedio de visitantes", destaca Serrano.