Lisboa, 17 mar (.).- El primer ministro portugués, António Costa, dijo hoy que quedaría "perplejo" si la Autoridad Tributaria no estuviese ya investigando la venta de embalses de la eléctrica EDP (LS:EDP) tras la polémica que ha generado y negó responsabilidades de su Gobierno.
"No me pasa por la cabeza que la Autoridad Tributaria no esté mirando qué pasa con ese negocio", dijo durante su intervención en un debate en el Parlamento, donde fue cuestionado por varios partidos por seis embalses que la eléctrica lusa tenía en el Duero y que fueron vendidos a un consorcio liderado por Engie (PA:ENGIE).
El caso ha levantado polémica después de que varios partidos acusasen a la empresa de planificación fiscal, al supuestamente montar un esquema para evitar el pago de impuestos con la operación, que la propia EDP niega.
La operación contó con la autorización del Gobierno para transferir la concesión de los embalses a su nuevo propietario.
"No sabemos lo que pasó, pero sabemos que el Gobierno no frenó el negocio. ¿Cómo es que el Gobierno autorizó el negocio y permitió a EDP huir con más de 110 millones de euros?", cuestionó a Costa la líder del Bloco de Esquerda, Catarina Martins.
Por su parte, el presidente del PSD (centroderecha), Rui Rio, líder de la oposición, acusó al Gobierno de "saber exactamente cómo se iba a hacer todo" y dijo que algunos de los miembros del Ejecutivo son "abogados de defensa de EDP".
En respuesta, Costa subrayó que la única competencia del Gobierno era comprobar la idoneidad de la concesionaria y si tenía la capacidad necesaria para gestionar los caudales, y que es la Autoridad Tributaria la que debe determinar si no se cumplieron las obligaciones fiscales.
"Toda la materia fiscal asociada a ese negocio, como cualquier negocio, no es competencia del Gobierno, es de la Autoridad Tributaria", insistió Costa, que aseguró que "si hubo simulación fiscal, es inaceptable".
Es el segundo día consecutivo que el caso EDP centra la atención en el Parlamento, después de que el martes el presidente ejecutivo de la eléctrica, Miguel Stilwell d'Andrade, asegurase en una audición en la Comisión de Medioambiente que "no fue una operación montada con planificación fiscal".
"Era el único modelo posible para garantizar que se mantenían los compromisos con las partes interesadas y el normal funcionamiento de los embalses", defendió el máximo responsable de EDP, que cerró la operación con Engie por 2.200 millones de euros.