Por Carlos R. Cózar
Investing.com - CaixaBank (MC:CABK) y Banco Sabadell (MC:SABE) están cayendo de manera considerable tras presentar resultados. La primera de ellas está retrocediendo más de un 5,8% y Banco Sabadell pierde más de un 5%. Ambas entidades son los farolillos rojos del Ibex 35.
“Esperamos una reacción negativa del valor a unos resultados que parecen confirmar una tendencia a la baja de la rentabilidad del activo y por tanto del margen. Mejor lectura de TSB donde mejora el margen de clientes tras la fuerte caída del trimestre anterior”, explican desde Renta 4 (MC:RTA4).
Por su parte, CaixaBank (MC:CABK) está sufriendo por unos resultados que muestran cómo el beneficio neto hasta junio se ha desplomado un 52% por culpa de los costes asociados al ERE. La entidad financiera ganó 622 millones de euros. No obstante, el banco ha indicado en el Hecho Relevante emitido a la CNMV que, de no haber realizado el expediente de regulación., habría ganado 1.307 millones euros, un 0,7% más que el anterior período.
Renta 4 (MC:RTA4) achaca estas bajadas a "las menores provisiones, permite minimizar el impacto de los extraordinarios superiores a lo anunciado lo que se traslada al beneficio neto". Además, resaltan que "la debilidad de los ingresos de seguros, el deterioro de los márgenes de la clientela por la caída del rendimiento del crédito, buen control del riesgo con menores provisiones y el buen comportamiento del crédito"
El analista José Luis Cárpatos, de serenitymarkets.com, recalca que las bajas previsiones de las dos entidades financieras están siendo claves en la cotización de la jornada. "En el segundo trimestre y en el primer semestre del año, los ingresos por créditos de ambas entidades se mantienen bajo presión".
También pesa Draghi
Cabe destacar también que en la jornada de ayer, la banca terminó dudando tras las palabras de Mario Draghi. A pesar de que tras el comunicado del Banco Central Europeo, el sector cogió impulso, tras la rueda de prensa del banquero central se desinfló.
Desde Link Securities apuntan que “el BCE podría implementar un sistema de tramos que compense la tasa que pagan los bancos por los depósitos que mantienen en el banco central y reducir así los costes del sector. Además, se ha mostrado dispuesto a ampliar la gama de activos que puede comprar, lo que abre la puerta que el BCE adquiera acciones en el futuro”.