Bruselas, 14 abr (EFE).- El ministro de Finanzas del Holanda, Jeroen Dijsselbloem, fue hoy criticado tras conocerse el elevado bonus que cobró el director del aeropuerto de Amsterdam-Schiphol en 2014, dos semanas después de que fuera cuestionado por la compensación otorgada a directivos del banco nacionalizado ABN AMRO.
El diario generalista de mayor tirada del país, "De Telegraaf", informó hoy de que el presidente y director ejecutivo del principal aeródromo de Amsterdam, Jos Nijhuis, recibió un "mega bonus" de 369.716 euros el pasado ejercicio, un complemento que casi iguala su salario fijo.
Si se suma este complemento salarial a los pagos por pensiones y al sueldo de base de Nijhuis, que se eleva a 389.039 euros, el directivo cobró cerca de 900.000 euros por desempeñar su tarea al frente del aeropuerto, que en un 69 % es propiedad del Estado holandés, según "De Telegraaf".
El diario apuntó a que, gracias a su participación en el aeropuerto, el Gobierno neerlandés y su titular de Finanzas estaba al corriente de este pago, por lo que ha sido objeto de críticas.
Dijsselbloem, que también ostenta el cargo de presidente del Eurogrupo, ha admitido en unas declaraciones a la radiotelevisión pública RTL que la "relación" entre la remuneración fija y la variable concedida al directivo "no es buena".
El también presidente del Eurogrupo relacionó esta circunstancia con el hecho de que Nijhuis es uno de los últimos directivos de empresas con participación del Estado holandés que mantiene un contrato antiguo que no ha sido modificado.
Señaló también que los nuevos contratos de directivos establecen un límite a la remuneración variable del 20 % del salario fijo.
Dijsselbloem ya se vio recientemente afectado por la polémica surgida en torno a la compensación extraordinaria de 100.000 euros que recibió en 2014 la junta directiva del banco holandés nacionalizado ABN AMRO.
El escándalo causado por este pago extraordinario llevó a los miembros de la junta a renunciar hace dos semanas a la compensación y provocó que el Gobierno de Holanda retrasase la hasta entonces inminente privatización de la entidad bancaria, que se espera que acarree pérdidas al Estado holandés.
Holanda espera recuperar en torno a 15.000 millones de euros con la venta de la entidad, menos de la mitad de los costes totales de su rescate.