Quito, 9 abr (.).- Ecuador ha suspendido las exportaciones de petróleo, la principal fuente de ingresos del país, tras la ruptura de dos tramos de un oleoducto de propiedad estatal y otro privado, confirmó este jueves a Efe el ministro ecuatoriano de Energía, René Ortiz.
El martes se produjo la ruptura de un tramo en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) por un hundimiento de tierra en el sector de San Rafael, entre las provincias amazónicas de Sucumbíos y Napo, provocando la paralización de los dos sistemas de bombeo de crudo y derivados.
Ello "ha provocado la declaratoria de fuerza mayor en la ejecución de los contratos -tanto para producir como para exportar petróleo- y para evitar penalidades por falta de producción", indicó el ministro.
Añadió que "por la falta de crudo para embarques contratados previamente, se ha suspendido las exportaciones de petróleo, que representan una de las fuentes principales de los ingresos para las arcas fiscales".
No obstante, las autoridades han diseñado ya la variante de conexión del SOTE, a un kilómetro y medio de la zona de la ruptura y cuentan con la tubería de 26 pulgadas de diámetro necesaria para los trabajos.
"Esa variante podría tomar entre dos y tres semanas (pues) el área es bien escarpada", comentó Ortiz, quien calcula que, con la reparación del SOTE, se restablecería el bombeo y la producción en unos 300.000 o 400.000 barriles.
El titular de la Cartera de Energía y Recursos Naturales No Renovables garantizó el abastecimiento nacional de combustibles por las reservas existentes y, además, porque el confinamiento de la población para evitar la propagación del COVID-19 ha reducido el consumo sustancialmente.
La demanda se restablecerá en función de cómo el Gobierno entre en proceso de reactivación económica en Ecuador, que atraviesa por una emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus.
Con el primer caso de contagio registrado el pasado 29 de febrero, Ecuador se encuentra en estado de excepción desde el 16 de marzo, con medidas que limitan el tráfico de vehículos, la actividad comercial y laboral, y en algunos lugares, como Quito, con suspensión del uso del espacio público.
El aislamiento decretado por las autoridades para frenar el virus ha provocado un descalabro económico, con el 70 por ciento de la actividad de negocios paralizada y la necesidad de que el país se vea obligado a acudir a los organismos internacionales en busca de préstamos.
Igualmente, el Gobierno ha pedido a sus acreedores privados de los bonos de deuda exterior que acepten que se difiera el pago de intereses hasta agosto próximo, para dirigir ese ahorro a la atención de la emergencia sanitaria por la pandemia.
Una situación a la que se agrega ahora la suspensión de las exportaciones de petróleo y, por ello, un agujero más para la Hacienda nacional.